Título del texto editado:
“A Francisco Díaz Méndez de Brito, caballero de la casa del rey nuestro señor en el reino de Portugal”
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A FRANCISCO DÍAZ MÉNDEZ DE BRITO,
CABALLERO
DE LA CASA DEL REY NUESTRO SEÑOR EN EL REINO DE PORTUGAL
A Nuño Díaz Méndez de Brito, hermano de vuestra merced y bienhechor mío, llevó Dios. Teníale dirigido este
libro
segundo de los
Casos
prodigiosos,
como el primero y otro de
Varias fortunas.
Hijo como vuestra merced del grande Héctor Méndez de Brito, grande por su valor y merecimientos en España y las más remotas naciones. Tanto aprecio hicieron de su persona, entendimiento y prudencia, por el varón más insigne y más rico que floreció en el orbe, con que tan dignamente adquirió el renombre de grande y, por su mucha
nobleza,
pues es de la muy ilustre familia y casa de los Britos del reino de Portugal, tan antigua, noble y principal, como es notorio, así en él como en los extraños, y por haber en ella tantos y tan excelentes varones en armas, virtudes y letras, como se sabe y las corónicas lo refieren, se escusa tratar de sus excelencias. Vuestra merced es el mayorazgo de la casa de su padre, en cuyas obligaciones generosas y poder con las de su hermano ha sucedido. Sabía esta dirección y no quise faltarle en la muerte por no haberme faltado en la vida. Este libro dice en su alabanza algo de lo que mereció y de que le fui deudor: miro a vuestra merced en su mismo lugar; no puede agraviarse el libro del acierto, que a la sombra de su
amparo
y valor no teme censura. Vuestra merced recibirá este leve servicio que, por no sin desvelo sutil, donde se halla ilustrísima la lengua española, tuve atrevimiento de hacer dueño y amparo suyo a vuestra merced a quien guarde Dios muchos años.