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DEL LICENCIADO FRANCISCO DE QUINTANA AL AUTOR
Tan
prudente
dais consejo
y tan cuerdo discurrís
que a vuestra edad desmentís
y
mozo
parecéis viejo.
De la juventud espejo [5]
entre prodigios y
amores
nos retratáis los
errores,
como médico que astuto
de la medicina el fruto
da disfrazado entre
flores.
[10]
Si
Pitágoras
os viera
más su opinión confirmara,
pues vuestra elocuencia rara
de
Teofrasto
alma creyera;
aunque yo su error venciera, [15]
siendo fuerza confesar,
que tan
elocuente
hablar
de nadie pudiera ser,
que no llegara a tener
ingenio más
singular.
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