Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Aprobación del reverendísimo padre presentado fray Jacinto Aranaz, lector de Prima de Teología en el convento de Nuestra Señora del Carmen de Zaragoza y predicador de su Majestad”
Autor del texto editado:
Aranaz, Jacinto
Título de la obra:
Lira poetica con todo genero de metros agudissimos, un vejamen poetico ingenioso y los meiores villancicos de España
Autor de la obra:
Sánchez, Vicente (ca. 1643-ca. 1680)
Edición:
Ioseph Texido, [1688]


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Fuentes
Información técnica





APROBACIÓN DEL REVERENDÍSIMO PADRE PRESENTADO FRAY JACINTO ARANAZ, LECTOR DE PRIMA DE TEOLOGÍA EN EL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE ZARAGOZA Y PREDICADOR DE SU MAJESTAD.
La fama peregrina del autor me tuvo curioso, pero habiendo en este libro los pensamientos que dieron alas a su fama, queda sin sed el deseo, sin queja la expectación y confuso de que un ingenio celebrado de tan heroicos ingenios aún no sea condignamente aplaudido. Cuando no conocía al autor, en el claro espejo de sus agudezas le admiraba decantado de todo el coro discretísimo de poetas; pero habiendo visto que con perspicacias de águila elevó sus números a la cuna del sol, no extraño que hasta la envidia le perdiese de vista, Murió el autor, si en la primavera de la edad, en el otoño de las discreciones, y pretendió su ocaso dar polvo a la noble sucesión de su entendimiento, como si el olvido fuera capaz sepulcro de tanta vida intelectual; pero, como el discurso de su vida fue día claro de discreciones, su ocaso es ya noche serena donde la estampa es estrella que dispensa su luz. Hasta en las infelicidades discreto, profesó de luz grande su ingenio, y esperó la desdicha de su ocaso la estrella de la luz común.

No tuvo el autor estrella con los hombres, que ya es estilo del cielo que los sabios que se consagran a la cuna del sol de gracia tengan estrella sin milagro, pero es verdad que es fue estrella de Dios. Tan intrépida fue su infelicidad, que llegó a competir con su entendimiento, pero fue solo agravio en el traje, porque entre las angustias de las desgracias desató mayor caudal la razón. Sin duda, cedió la desdicha, pues hizo su entendimiento el milagro de ser infeliz bien visto. Una alma separada es más discreta, con que lo sumo de la desdicha fue aumento de la discreción. No hay pájaro noble que no se abrevie, cosiéndose primero con el polvo para dar con más fuerza vuelo, y vivió estrechada en el mundo una pluma que galanteó con repetidos remontes el Oriente y adoración del mejor sol.

Alguno dirá que fue ingenio malogrado, porque se dedicó a profesión tan humana, pero todo el mundo es apología que le defiende de esta nota, porque siendo el mundo, en pluma de Augustino, un admirable poema, un verso heroico fue la primera obra que dio a luz la sabiduría de Dios. Daniel Malonio intitula A la herida del costado de Cristo, verso último del epigrama fúnebre de la Pasión, y siendo fantasía póstuma del amor divino, primero dejó Cristo los alientos que los números. Poemas fueron en su original los libros que dictó el Espíritu Santo, que nunca riñeron lo grave y lo compuesto. Con metro numeroso enfrenó Josué el curso del sol, que hasta el corazón del cielo se rinde a los halagos de la consonancia. Inventose la poesía para ingenios grandes, porque ceñir con hermosura la luz es fabricar un sol. Grande espíritu arguye vivir sin violencia, rodeado de muchas leyes, y quien contemplare al autor tan natural en la observancia de tantos preceptos, admirará la virtud grande de su ingenio: las voces puras porque son las más corrientes, resignadas porque sirven con docilidad al concepto y no vanamente a la ostentación; los conceptos humildes porque se caen a peso cuando más se elevan extáticos. Y si en la forma resplandece la religión de su ingenio, en la materia, dejando a un lado los asuntos humanos, resalta el ingenio de su religión, pues fue su pluma continua y porfiada mariposa de las mejores luces del cielo, si bien el Oriente y culto del sol fue lumbre que más dulce y más delicadamente enamoró.

En grande obligación están los entendidos al cuidado noble de quien las reliquias de tan peregrino ingenio las traslada del sepulcro del olvido al templo de la fama, pues en el culto de la luz pública, si el autor logra veneración, los ingenios ejemplos y los santos, alabanzas. Y en todo el libro no hallo oposición a la fe, virtudes o costumbres; conque he dicho mi parecer, obedeciendo el orden del muy ilustre señor doctor don Miguel Franco de Villalba, Oficial y Vicario General de este Arzobispado. Así lo siento, en el Convento de Nuestra Señora del Carmen de Zaragoza, a 20 de junio de 1688.

Fray Jacinto Aranaz.



Imprimatur


Doctor don Michael Franco, Oficial & Vicario General.






GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera