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Título del texto editado:
Literatura
Autor del texto editado:
Cavanilles, Antonio José 1745-1804
Título de la obra:
Observaciones sobre el artículo España de la Nueva Encyclopedia. Escritas en francés por el Doctor D. Antonio Cabanilles, presbítero. Y traducidas al castellano por Don Mariano Rivera
Autor de la obra:
Cavanilles, Antonio José 1745-1804
Edición:
Madrid:
Imprenta Real,
1784
Relación de los textos preliminares que se encuentran en esta obra:
* h. [2]r. Advertencia del traductor, s.a. [Mariano Rivera], s.f., s.l.
* h. [4]r. Índice de lo que se contiene en este libro
Transcripción realizada sobre el ejemplar de la Biblioteca Nacional de España 3/39227.
(texto completo)Encoding: Noelia Santiago López
Editor: Mercedes Comellas
Transcriptor: Isabel Román
Sevilla, 27 agosto 2020
LITERATURA
Después de este breve alarde de nuestras artes y manufacturas, pongamos los ojos sobre nuestra literatura.
Nuestra lengua majestuosa,
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que durante los dos siglos de la grandeza de nuestra Monarquía participó de su
gloria,
experimentó igualmente los efectos funestos de la decadencia del siguiente siglo. Al principio de éste se hallaba
corrompida
y abandonada; la Academia Española se encargó de restituirla a su perfección. Se fijaron las reglas de la Gramática y Ortografía y se compuso el Diccionario: de modo que al presente hay poco temor de extraviarse, habiéndose publicado excelentes
modelos;
y los libros escritos con tanta
pureza
como elegancia nos sirven mucho más que las
reglas.
La Elocuencia y Poesía vuelven de nuevo a ser cultivadas; nuestro
Teatro
se ha
enriquecido
en el Reinado
actual
con excelentes piezas, y han salido poemas sobre infinitos asuntos.
Véanse los premios anuales de la Academia de S. Fernando y lo que en sus juntas han leído nuestros
Académicos.
Mayans, Isla,
Feijoo,
Bayer nos renuevan hoy a aquellos hombres apreciables que en los siglos precedentes sirvieron de
modelo
a otras naciones. Los nombres de Iriarte, Ayala, Valdés,
González,
Forner, Moratín, Trigueros, etc., obtendrán en la Europa el puesto que se les debe cuando nuestra majestuosa lengua sea más cultivada por los
extranjeros.
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No puedo dispensarme de
celebrar
aquí al que es el honor literario de los Borbones, al Sr. Infante D.
Gabriel,
este digno hijo de nuestro monarca, que habiendo conocido desde muy temprano todas las ventajas de la cultura del espíritu, reúne al presente la
instrucción
más vasta a un deseo insaciable de aumentarla y caminar a la inmortalidad por el amor ilustrado de las ciencias y artes. Léase su
excelente
traducción
de
Salustio
y júzguese de la erudición de este Príncipe por las sabias
notas
con que ha enriquecido esta magnífica obra, por la
claridad
con que ha ilustrado los pasajes más obscuros, por sus disertaciones sobre las monedas y armas de todas especies de los antiguos Españoles. Si se quiere conocer su buen
gusto
en las artes, y el conocimiento práctico que tiene de ellas, se puede ver su taller, y las obras preciosas que por sí mismo hace. ¡Qué
felicidad
para mi
nación
poseer un príncipe que sabe a un mismo tiempo recompensar a los sabios y animarlos con su ejemplo!
Después de haber satisfecho al amor de mi patria estas cortas expresiones, continuemos en el examen de sus riquezas.
POESÍA
Permítaseme
nombrar
aquí a algunos de los que cultivan al presente la poesía con la mayor distinción.
D. Tomás de
Iriarte
ha
publicado
en 1779 un poema muy apreciable sobre la música, ha
traducido
el
Arte poética
de
Horacio,
sus mejores sátiras, y actualmente está traduciendo la
Eneida.
Ha compuesto también églogas, romances, epigramas,
epístolas,
sátiras, poesías líricas, fábulas y una
comedia
intitulada
Hacer que hacemos.
D. Vicente García de la
Huerta,
miembro de las
Academias
de
Madrid,
es autor de una buena
tragedia
intitulada la
Raquel,
y de dos tomos de
poesías
castellanas y latinas.
D. Ignacio López de
Ayala,
profesor
de S. Isidro, ha compuesto un
poema
sobre las aguas termales de Archena, y una buena
Tragedia
intitulada la
Numancia.
Sus poesías latinas son igualmente conocidas que sus versos castellanos.
El
Marqués
de
Palacios
ha dado dos
tragedias
intituladas
D. Sancho García
y
Ana Bolena.
Ambas están escritas con toda la exactitud de las más severas
reglas.
D. Nicolás Fernández
Moratín
es
autor
de la
Lucrecia,
Hormesinda,
Guzmán el Bueno,
y de una
comedia
intitulada la
Petimetra.
Este mismo ha escrito una
carta
histórica sobre el origen de las
fiestas
de toros en España.
D. Ramón de la
Cruz
es muy conocido por sus entremeses y sainetes que ha compuesto para el
teatro.
D. Joseph
Vaca
de Guzmán ha ganado dos premios de
poesía
en la
Academia
Española: el primero en 1778 por el Canto sobre la destrucción de las naves de Cortés, que se ha
traducido
en francés; el segundo en 1779 por el
Canto
de la conquista de Granada.
D. Joseph
Meléndez
consiguió
el
premio
en 1780 por la
égloga
compuesta en alabanza de la vida del campo.
D. Leandro
Moratín
mereció el
accésit
por el
Canto
de la conquista de Granada, y otro por la
Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana.
El premio señalado a este último asunto lo destinó la Academia a D. Juan Pablo
Forner.
D. Francisco de
Salas
ha compuesto muchos
poemas,
entre otros el observatorio rústico.
D. Félix
Samaniego
ha compuesto
fábulas
castellanas muy estimadas.
No lo son menos las obras de D. Joseph
Cadalso.
La
Tragedia
de
Cortés vencedor en Tláxcala
es de D. Agustín
Cordero.
D. Cándido María
Trigueros
publicó sus obras con el título del
Poeta
Filósofo; ha
imitado
el estilo de
Pope
y Addison, y su semejanza a estos dos grandes hombres es su mayor elogio. Acaba también de publicar un poema intitulado la
Riada de Sevilla.
En fin, no causará tanta admiración en Francia como en otras partes el saber los progresos literarios de una dama Española. Esta es la
Condesa
del
Carpio,
que ha compuesto dos
comedias
muy buenas.
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ELOCUENCIA
Bastaría aquí para nuestra gloria nombrar a D. Gregorio Mayans y
Siscar;
este
sabio
escribió en la edad de
20
años sus cartas latinas tan celebradas en las actas de
Leipzig.
Et Catálogo de los Escritores Valencianos por Vicente Ximeno hace ver cuánto le debe la literatura en los 82 años que ha vivido. Se le puede llamar con razón el
Plutarco
español.
D. Gregorio Mayans ha escrito las
vidas
de grande número de hombres
sabios
e ilustres; es el que ha compuesto la del Deán D. Manuel Martí, Fr. Luis de
León,
Don Antonio Solís, Miguel de Cervantes Saavedra, Juan Luis
Vives,
D. Nicolás Antonio, Tomas Vicente Tosca, etc. Las disertaciones críticas que ha
publicado
para ilustrar varios puntos dudosos de la
historia
y antigüedad son innumerables. Cuarenta escritores han sido corregidos y comentados por él; no obstante jamás perdió de vista su principal objeto, que era la Jurisprudencia. Esto se puede juzgar por las notas que ha añadido a los fragmentos de 30 jurisconsultos
impresos
en 1764 en dos tomos en 4º.
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Demos a conocer a D. Antonio
Ximeno.
Elocuencia,
Poesía, Matemáticas, Música, todas las ciencias se han hermanado, por decirlo así, en este hombre tan
apreciable
para nuestra patria: todos los conocimientos se hallan reunidos en él. Él fue primeramente Profesor de Elocuencia, y después de Matemáticas en Segovia; ha dado a
luz
una obra muy estimada sobre la música antigua y moderna; un gran número de discursos académicos, y
disertaciones
sobre varios asuntos.
No hay español instruido que no conozca el mérito y obras de D. Tomas Serrano, D. Joseph Francisco
Isla,
D. Ramón Lázaro Dous. Los premios de Elocuencia señalados todos los años por la
Academia
Española hacen el suficiente elogio de Viera, de D.
Joseph
de Vargas, etc.
HISTORIA
¿Hay alguna nación que posea tantos documentos para la
historia
como la nuestra? Los españoles en todos tiempos han tenido cuidado de perpetuar la memoria de los claros varones de su patria, y este cuidado ha hecho muchas veces participantes de la gloria de sus héroes a los que los han
celebrado.
Este no es el lugar de hablar de nuestros antiguos historiadores; pero vernos en nuestros días los trabajos inmensos del Padre Sarmiento, del Padre Flórez, de
Mayans,
de los Mohedanos, de D. Francisco Cerdá, de Don Tomás Antonio
Sánchez,
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bibliotecarios los dos últimos del rey.
El Padre
Isla
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no es conocido solamente por la famosa Historia de Fr. Gerundio que le hace inmortal, pues esta obra es digna de compararse con el Quijote; además de esto añadió
sabias
notas a la
traducción
que hizo de la Historia de España de Duchesne. Don Joaquín
Marín
ha compuesto la Historia de la Milicia Española. El Conde de
Campomanes
la de los Templarios. Don Eugenio
Llaguno,
primer Oficial de la Secretaría de Estado, va
publicando
las Crónicas de nuestros Reyes.
D. Joseph
Viera
acaba de dar a
luz
la Historia de Canarias. D. Antonio
Capmany
las
Memorias históricas sobre la marina, comercio y artes de la antigua Ciudad de Barcelona.
D. Xavier
Lampillas
en su
excelente
ensayo histórico y
apologético
ha destruido gran multitud de
preocupaciones
contra la literatura Española.
Si Mr.
Masson
hubiera visto esta última obra, hubiera aprendido en los dos primeros tomos a hacer justicia a la antigua literatura de los españoles y los siguientes tomos hubieran fijado su
opinión
de un modo más seguro sobre la literatura moderna.
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El juicioso
Robertson
y el impetuoso Raynal aprenderían de las reflexiones imparciales del abate Don Juan de
Nuix,
traducidas
por Don Pedro Várela y Ulloa; aprenderían, digo, a no cargar la pintura de los excesos de que se hicieron
culpables
los primeros españoles que pasaron a la
América;
y dentro de poco tendrán nuevos motivos para reformar las antiguas preocupaciones, cuando D. Juan Bautista
Muñoz,
cosmógrafo de las Indias, con la ayuda de todos los documentos que por el
rey
se le han suministrado, e infinitos auxilios que le dan los Archivos de Simancas, haya publicado la
Historia
de América, en la que trabaja ya hace tiempo.
Nosotros poseemos los hombres
más
sabios en el
conocimiento
de la antigüedad y lenguas orientales. Véase el excelente tratado de
Bayer,
preceptor del Infante D. Gabriel, sobre las medallas hebreo-samaritanas, en el que se ve a un mismo tiempo su conocimiento en las lenguas
griega
y
hebrea,
y la explicación más feliz de los monumentos antiguos más difíciles. Ha añadido a la
traducción
de su ilustre discípulo una disertación sobre el alfabeto y lengua de los fenicios.
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Véanse las obras de D. Juan de
Iriarte
sobre los manuscritos
griegos:
véanse también las de Sales, los Mohedanos,
Flores,
el ilustre Casiri, que ha compuesto la
Biblioteca arábigo-española del Escorial.
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Yo no puedo citar aquí más que los
profesores:
me sería imposible nombrar el gran número de
individuos
que recogen de todas partes y a todo precio en medallas y libros todo lo que puede aumentar sus conocimientos.
1. Los Españoles del siglo
XV
y
XVI
tuvieron la sabía advertencia de beber en las verdaderas
fuentes
de la literatura, estudiando las lenguas
Latina,
Griega,
Hebrea
y
Árabe.
Alfonso el
Tostado,
nacido en 1400, poseía todas estas lenguas.
Nebrija
fue el primero que en 1464 renovó el buen gusto. La Europa tenía entonces pocos hombres que pudiesen compararse con este sabio universal, a quien las gentes poco instruidas no han querido dar más título que el de Gramático. Al estudio de las bellas letras juntó el de la Filosofía y Derecho. Nebrija tuvo por sucesores a dos hombres ilustres, Luis
Vives
y Arias Montano.
2. La lengua Española, tan bella y abundante, no tiene la fortuna de ser hablada en Europa; por consiguiente, nuestras obras no tienen en ella la
estimación
debida. A este primer inconveniente, contrario a nuestra reputación, se añade la indiferencia con que los mejores ingenios han mirado su propia gloria, pues las producciones literarias son las que pueden dar idea del mérito de sus autores. Tampoco la
publicación
de estas mismas producciones no es la prueba única de la existencia de las ciencias. ¡Cuántos verdaderos sabios han desaparecido sin haber hecho gozar a su siglo del fruto de sus trabajos y luces! Tenemos de esto un ejemplo reciente en esta capital en la muerte de Mr. de Jussieu: este hombre excelente, tan admirado del gran Linneo, no ha dejado ninguna obra. Los apasionados de la botánica sentirán eternamente que la modestia de Mr. Jussieu le haya obligado a privar al público del fruto de sus tareas y trabajos inmensos. En España hemos perdido en nuestros días a Sarmiento,
Mayans,
Flórez, etc., que han
sepultado
consigo tesoros de ciencia y literatura.
3.
Mr.
Masson
está bien
distante
de creer que la América española cultiva las letras; nosotros podemos, no obstante, jactarnos entre otros de D. Xavier
Alegre
y D. Joseph Abad.
4. Don Juan Antonio
Mayans
es a un mismo tiempo discípulo, admirador y émulo de su
hermano.
Su última obra intitulada
Ilici,
hoy
Elche;
por ella se puede hacer juicio de su
erudición.
5. Don Tomás Antonio Sánchez acaba de
publicar
una
Colección de poesías castellanas anteriores al siglo XV.
Las notas con que ha enriquecido su colección muestran la grande
erudición
de este sabio.
6. El padre Isla ha sido el azote de los malos predicadores que había aún en España al principio de este siglo, como
Cervantes
lo había sido de los caballeros andantes. Ha sabido manejar tan bien como este el arma del ridículo con tanta gracia e ingenio que Fr. Gerundio es comparado con D. Quijote. Su historia ha sido
traducida
en alemán y en inglés. Las letras acaban de perder con su muerte un sabio, y hombre de buen
gusto.
7. La España ha tenido también otros diferentes. Véase la obra de D. Juan
Andrés
sobre el
Origen, progresos y estado actual de la literatura.
Don
Juan Francisco
Masdeu
en su
Historia crítica de España;
D. Tomás
Serrano,
D. Antonio Jimeno en diferentes obras.
8. El Sr. Bayer trabaja en las Bibliotecas hebrea y griega del Escorial: de éste dio Eduardo Clarke en su primer tomo:
su
saber
es universal.
9. El P. Andrés
Merino
ha
publicado
una obra preciosa, y que será muy útil a los amantes de la antigüedad. Ha hecho grabar 52 láminas en folio, que contienen 100 alfabetos, cuyas letras son todas de formas diferentes, y con las cuales se podrá leer toda especie de los caracteres antiguos, que se han usado después de la entrada de los Godos en España.
GRUPO PASO (HUM-241)
FFI2014-54367-C2-1-R
FFI2014-54367-C2-2-R
2018M Luisa Díez, Paloma Centenera