Título del texto editado:
Epístolas satisfactorias. Una, a las objeciones que opuso a los poemas de don Luis de Góngora el licenciado Francisco de Cascales, catedrático de Retórica de la santa Iglesia de Cartagena, en sus “Cartas filológicas”. Otra, a las proposiciones que, contra los mismos poemas, escribió cierto sujeto grave y docto,
Epístola II, capítulo 7.
Título de la obra:
Epístolas satisfactorias. Una, a las objeciones que opuso a los poemas de don Luis de Góngora el licenciado Francisco de Cascales, catedrático de Retórica de la santa Iglesia de Cartagena, en sus “Cartas filológicas”. Otra, a las proposiciones que, contra los mismos poemas, escribió cierto sujeto grave y docto.
Número
7.
*
*
La proposición séptima y última:
"que he de ser sectario o cismático mientras no lo enmendare en el juicio de los hombres graves, o andar en el corro de los poetillas"
etc. No me quiero defender del riesgo, por no faltar al afecto de estas obras, por quien me juzga vuestra merced
"sectario."
Y si lo fuere o tenido por tal, será en Madrid en compañía del duque de Sessa, conde de Lemos, Castro y
Villamediana,
marqués de Ayamonte, el príncipe de Esquilache, Pedro de Valencia (que bastaba solo) y el doctor
don
Agustín Collado, el señor don Lorenzo Ramírez de
Prado,
el padre Hortensio Félix, don José Pellicer. En Córdoba, Manuel Ponce, Luis de Cabrera, don
Francisco
de Córdoba, abad de Rute, y licenciado Pedro Díaz de Rivas, que le comentó el
Polifemo
y
Soledades,
como la primera el señor don Francisco de Amaya, oidor de Valladolid, y todos tres respondieron doctos y eruditos al discurso de cierto discurso [
sic
] contra ellas. En Antequera, el doctor
Tejada,
maestro Aguilar. En Sevilla, don Juan de Vera, don Juan de Arguijo. En Salamanca, el
maestro
Céspedes. En Segovia, maestro Ledesma. En Toledo, don Tomás Tamayo de Vargas. En Andújar, el
maestro
don Francisco del Villar. En Baeza, el doctor Mateo de Rivas. En Osuna, el doctor
Rojas.
En Granada, los doctores Babia, Romero, Chavarría, Soto de Rojas
y
Martín Vázquez Siruela, licenciados Meneses y Morales, sin otros muchos que habrá en estos y otros lugares, de quien yo no tendré noticia. Pero los referidos no son poetillas ni estudiantillos, como más bien le consta a vuestra merced.
Y si el ser
"cismático"
ha de durar
"mientras no lo enmendare,"
yo procuraré (
Deo auspice
), sin enmendarlo, porque no hay qué, descubrir (sin vanagloria ni presunción) el tesoro que depositó el cielo en el
talento
de don Luis; y sea precursora de este intento esta y la respuesta al licenciado Cascales, a que para más apoyo de lo dicho me refiero. Si lo consiguiere, diré con Marcial:
Haec fuerint nobis praemia, si placui.
Y si no:
Haec, si displicui, fuerint solacianobis.
Concluyo que, pues sin agravio de los de su tiempo, cuando Antioquía abundaba de grandes ingenios, dijo por el de Arquias (en su
Oración
) Cicerón:
"Archias celeriter excellere omnes ingenii gloria contigit,"
bien podré yo (si lo confirma vuestra merced, como espero) decir por don Luis, respecto de tanto célebre poeta como
ilustra
nuestra nación, lo que dijo
Virgilio
de Roma, respecto de otras ciudades:
Verum haec tantum alias inter caput extulit urbes
quantum lenta solent inter uiburna cupressi.
Haec sat erit.
Vale.
Don Martín de Angulo y Pulgar.