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Título del texto editado:
Azote de las tres Furias. Sátira contra el Templo Panegírico que escribió Don Fernando de la Torre, que anda impreso escrita por cierto monje…
Autor del texto editado:
Torre y Peralta, José Román de la
Título de la obra:
Azote de las tres furias [Manuscrito] : sátyra contra el Templo panegírico que escrivió D. Fernando de la Torre [Farfán], que anda impreso: [en verso]: Escucha eterno arrendajo / poeta mono del pueblo
Autor de la obra:
Torre y Peralta, José Román de la
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Azote de las tres Furias. Sátira contra el Templo Panegírico que escribió Don Fernando de la Torre, que anda impreso, escrita por cierto monje…

Escucha, eterno arrendajo,
poeta, mono del pueblo,
tú que los versos remedas
con tan malísimo gesto.

Torre fundada en el aire, 1 [5]
¡oh, vil campanario, expuesto
a que tantas badajadas
solo atiendan los cigüeños!

Tú, que no haciendo jamás
papel ni de metemuertos, [10]
sales de una compañía
de la lengua autor supuesto. 2

Poeta sin más ni más
que tan sin arte de ingenio, 3
aun no habiendo visto a musa, [15]
quieres declinar a templum.

Atiende, pues, de mis voces
los claros, nobles acentos
si acaso, por serlo tanto,
eres capaz de atenderlos. [20]

Festín de Gracias le nombras 4
a ese tu papel o ajeno:
si saber su nombre pude,
saber su gracia no puedo.

¿Porque con gracias te tomas [25]
quieres, vano cuanto lego,
como truhan del Parnaso,
hacer papel de gracejo?

¡Oh, qué gracias tan mohosas
y tomadas de otro dueño!, [30]
¡oh, qué frías!, ¿en qué cuevas 5
se congeló tanto hielo?

¿Quién te incitó sin conciencia
a tal disparate? Pero,
déjalo por escondido, [35]
mejor estaría en silencio. 6

Si es el prólogo quien da
de la obra el conocimiento,
¿qué avestruz no irá a la tuya
hallando a la puerta el hierro? [40]

¿Aun lo que es prólogo ignoras? 7
Tu loco semblante mismo
no te lo enseña, pues, ¿es
el prólogo de tu sejo?

Al ver tu fisonomía, 8 [45]
¿qué lector habrá discreto
que quiera parar a leer
tanto error en solo un cuerpo?

Si en sátira lo conviertes,
¿por qué prólogo le has puesto? [50]
Si aprendes transformaciones,
a Ovidio con ese quejo. 9

¡Oh, qué lindo pie de estudio!,
pero de ningún provecho,
pues no te mete en camino [55]
ni vuelve de loco en cuerdo.

¿Que haya quien estudie tal?,
¡oh, trato doble y perverso!
Quien así convierte vaya
a convertir a Marruecos. [60]

Cartujo tengo de entrarme
por no ver hombres tan necios
que, con dobleces, no más,
aspiran a ser eternos.

¡Oh, vanidad detestable!, [65]
más propia de ver entiendo
ser de un hijo del diablo
que de un padre del desierto.

Si de dobleces alguno
dijera que yo hago aprecio, 10 [70]
le preguntará “¿Qué aliño
me ha visto de repostero?”

¿Yo, por tan pueriles cosas
apasionarme? Primero
de mi padre Bruno había [75]
de dejar el grave encierro.

Muy bien se compadeciera
con silicio, ayuno y rezo
ingerir un hombre en árbol
sin sacar fruto ni premio. [80]

Un hortelano lo haga,
que de un religioso austero
ingerir hojas en libros
es solo estudio modesto.

Porque doblar un papel [85]
con baratijas abierto
hace el cuadro que Quijote
desbarató de Gaiteros. 11

Mas, vamos a lo que importa,
pues, si entretenerme quiero [90]
en habilidad tan simple,
dirán que no ando compuesto.

¿El templo más milagroso 12
que adorna el hispano suelo
profanas?, ¡oh, justo azote [95]
castigue tu atrevimiento!

¿No ves sus preciosas piedras
ser cada una un maestro
que al más docto está enseñando
y al más sabio corrigiendo? [100]

A fábrica tan perfecta
que sutil labró arquitecto
mayor firmeza le añade
de la fiera envidia el viento.

¡Oh, monstruo vil!, bien se advierte [105]
ser tuyo el infame efecto,
pues sola tu indigna planta
tocará el umbral del templo.

¿Así al de Apolo luciente
te remontaste soberbio?, [110]
¡Cual vana niebla serás
de tanto rayo desprecio!

¿No tiemblas de ver su torre
fortísima a quien el cielo
concedió para su amparo [115]
tan seguros fundamentos?

Mas tú, ¿qué has de ver ni oír,
desdichado majadero?,
que oyendo tañer campanas
no sabes dónde tañeron. [120]

Solamente a espanta albures 13
sabes escuchar y creo
que, a ser espanta dentones, 14
te asombrará, desde luego.

¿En tan excelente obra [125]
quieres tener voto siendo
al dar, por esas paredes,
un pobre tapa agujeros?

Anda, mendigo de coplas
(pues de ellas estás hambriento), [130]
a la Cartuja, que, han dicho,
dan también sopa de versos.

Mas no vayas, que, después
que hay jeroglíficos, pienso
que ya son otros los padres, [135]
pues conscriptos los has hecho. 15

Solo en ti caber pudiera
desatino tan tremendo:
por la canción que escribiste,
real te diera doscientos. 16 [140]

Admírame que los padres
no supieran conocerlo
cuando, por esas esquinas,
con él se daban los ciegos.

Qué fácilmente a la prensa [145]
das tu nombre sin consejo;
mira que es la prensa misma
quien lo destruye más presto.

Rara ignorancia la tuya,
¡oh, qué lástima te tengo!, [150]
pues, hallándote inocente,
tú mismo te hiciste reo.

En la prisión del olvido
has de penar sin consuelo
y los hierros de tu pluma [155]
serán los grillos perpetuos.

¿Cómo has de poder librarte
si está tan perdido el pleito
que aun los mismos de la piara
contra tu culpa se han vuelto? [160]

Desbocado al precipicio
vas cual caballo corriendo,
¡oh, propiedad de animal
no saber dónde está el riesgo!

Mas, ya que desenfrenado [165]
le buscas con tanto anhelo,
mejor más cabezadas
te sujetaran que un freno. 17

Pero aún no eres digno de ellas,
porque, si te hiciera objeto [170]
de mi enojo, redundara
en tu desvanecimiento.

¿La Sátira y El Festín
firmas por tuyo? Confieso
que, después de latrocinio, [175]
es vileza sin ejemplo.

¿Quién, si no tú, se arrogó
delitos de otro sujeto,
pecado que al fin se paga
sin comerlo ni beberlo? [180]

La infame acción no rubrica
el noble, solo el plebeyo
sin honra, en sátira vil,
pusiera su nombre impreso.

Querer con algún embozo [185]
contradecir lo perfecto
aun es culpa, mas, sin él,
es desvergüenza, no ingenio.

Dime ahora, pues, pintamonas,
poeta ni más ni menos [190]
que, aun bosquejando abanillos, 18
no sabes pintar al fresco.

¿Cómo a censurar te atreves
un retrato a cuyo aspecto, 19
en fe de su original, [195]
le infundió el buril aliento?

¿En qué magnífica obra
no ves su artífice diestro
en esfigie o nombre para
su autoridad y respeto? [200]

Si de retratos de autores
hay ejemplares diversos
y merece aún más que todos
luego, ¿fue preciso hacerlo?

Además, que no fue suyo [205]
el dictamen porque, atento, 20
antes supiera impugnarlo
que condescender en ello.

Y, siendo propio, ¿quién pudo
ofrecer más bien al tiempo [210]
su esfigie cuando es el bronce
para su memoria tierno?

Aqueste sí que hezer puede
zudar la prensa temiendo
lleguen letras a faltarle [215]
para explicar sus conceptos. 21

El verde laurel triunfante
que el círculo va ciñendo
no ciñe su frente, digna
de otro adorno más supremo. 22 [220]

Si de esta suerte te arrojas
a negar lo manifiesto,
negaré yo que eres hombre
por más que le pese al sexo.

También del laurel ignoras, [225]
al ver los distintos metros,
la causa: culpa tu voz,
no toques los instrumentos.

Si en una cosa tan llana
das de hocicos tal tropiezo, [230]
desde una torre eminente,
¿cómo será tu despeño?

¿Tú te metes en dibujos
y en tirar piedras teniendo
retrato de vidrio?, pues, [235]
oye y lo verás deshecho. 23

¿Quién es un lindo bonete
que ha salido tan moderno
que si a buena luz se mira
parece que hoy lo pusieron? [240]

¿Si es jeroglífico que hizo
cierto padre? Pues, al verlo,
se conoce lo pintado
y se ignora el pensamiento.

Mas ya sé que es el Tobías [245]
junior de este siglo y tengo 24
de saberlo, aunque me pese,
y un mal latín me dé perro.

También sé (si no su primo)
que es del padre reverendo, [250]
que cayó su hermano y juzgo
que le acerté desde lejos.

Pero, ¿porque carga de agua
con el laurel ciñe el pelo? 25
Mas la boca de un bolsón [255]
dice que por sus dineros.

Juzgué que por sus pecados,
pues hasta ahora no sabemos
dónde están sus buenas obras
para comprarlo a otro precio. [260]

Si se laurea por ser
autor del romance viejo,
¡Santa Fe!, ¡cuán bien pareces! 26
sin duda, será por esto.

Aunque parece milagro, [265]
y por poeta del yermo,
en vez de pan, el laurel
hubo de llevarle el cuervo.

¡Oh, qué bueno está el retrato
con el bolso entre los dedos!, [270]
solo le falta enrubiarse.
Harto os he dicho, sabedlo.

Gran cargasón de ellos puede
hacer el padre (y no nuestro)
por ver si vale en las Indias [275]
lo que en España ni un bledo.

Mas témese (y con razón)
no tener salida de ellos,
porque al pasarlos por agua
pueden volvérsele güeros. [280]

Con este ejemplar también
tú, pues tienes tal barreno,
puedes retratarte en tabla
y laurearte de leño.

Mas de tanta fantasía [285]
olvídate, tronco seco:
sirve seniza a otras frentes,
pues te avecinas al fuego.

Si nunca hubo en ti raíces,
¿por qué con tanto denuedo [290]
quieres oponerte al duro
combate de un aire recio?

Al que da en sacar estampas
laureadas sin merecerlo
dile que venda retratos [295]
o compre merecimientos

La docta esfigie no vuelvas
a ver con dañado ceño,
que a condenar tu maldad
será un juez de palo recto. [300]

Teme el castigo, no incite
tu vanidad loca al quieto,
no quieras ir a San Marcos 27
ya que no has de ir a San Diego. 28

Vil sangre alienta tus venas, [305]
pues no te has caído muerto
al no oír cuando disparas
de la respuesta los ecos. 29

Juzga a piedad no escucharlos,
que, a irritarse un noble pecho, [310]
rayo veloz te abrasara
antes que oyeras el trueno.

No responderte es cordura,
indignidad fuera hacerlo,
y mancharla ensangrentar [315]
en tu valeza el acero.

No emplea el león su brío
en el humilde jumento,
pues, antes que de sus garras,
es de su vista trofeo. [320]

A ave de tan mala pluma
no abate el águila el vuelo
ni el rayo imprime en la torre
que aún no se eleva del cieno.

¿Quién en tu papel la mira [325]
había de poner sabiendo
al apuntarte que era
poco blanco para un negro?

¿De qué andrajos le forjaste?, 30
porque, a mi entender, remiendos [330]
hubo de paño de Londres
de no católico pelo.

No he visto en mi vida cosa
tan dañada, ahora me acuerdo
que haber escrito la entrada [335]
del Hereje fue por eso. 31

Si al gran turco embajador
se le antoja enviarnos, temo
que al cielo lo has de subir
solo por venderle versos. 32 [340]

Al diablo que te los compre,
mas no has menester vender
a quién por malos, le toca
venir de valde por ellos.

Miren cómo al templo había [345]
de mirar con buen afecto
el que para entrar en él,
¿es necesario absolverlo?

Enmiéndate de tus culpas,
di con arrepentimiento: [350]
“Soy un mísero gusano
salido de hediondo estiércol”.

Confieso también que soy
humilde dentón, que al cebo
de un decir mal picar quise [355]
y que me clavé el anzuelo.

Ya conozco que me ultrajan,
pues, a mi dañado intento
no se responde, castigo
que solo yo lo merezco. [360]

Sin juicio escribí, es verdad,
volé sin alas, es cierto,
pero alivio en mi desdicha
tuve en tener compañero.

Los versos que en El Festín [365]
vendí por míos, protesto,
los hurté de una capilla
sin temor del sacrilegio.

Para estar en gracia de
todos a su autor los vuelvo [370]
y del mal gusto de hurtarlos
de corazón me arrepiento.

En el asunto sagrado
jugué, olvidando lo serio
del vil equívoco, hasta [375]
que paró en blasfemia el juego.

Dicen que a un docto bonete
engañé astuto, concedo, 33
pero el padre no aprobara
escrito que yo le llevo. [380]

Claro está que él no lo vio,
porque ver a un diablo inquieto
que bailaba la Mariola
fuera cosa del infierno. 34

No sé cómo este varón [385]
no procura recogerlo
porque no digan “Apruebalo
malo como lo bueno”.

Además, que si leyera
que en conserva eché protervo, [390]
a la Virgen me quemara
por nefando confitero. 35

No más escrito en mi vida,
si con ella salgo, ofrezco
llevar al templo un dentón, [395]
si no de cera, de sebo.

Prometo darme de azotes
o que me den, por si puedo,
a mi pluma Dulcinea
sacarla del encantamiento. 36 [400]

SONETO AL MISMO INTENTO

Mísera torre que, con bajo intento,
del polvo humilde levantarte quieres,
abate la soberbia, nunca esperes
a esconder a mayor sin fundamento.

De otra, ya consagrada, el sabio aliento [5]
(con que sube a decir al sol “¿Quién eres?”),
adora atenta, que tú estrago adquieres
si conspira a su ardor tu atrevimiento.

Mas, ya de tu ruina persuadida,
te busco en vano, pues llegaste, osada, [10]
a su altiva región desvanecida.

Que el cielo, de quien esta es amparada,
tiene, al paso que subes presumida,
eficaces los golpes de la espada.






1. Su apellido.
2. Salió autor de tramoya en obra de otro que vivía extramuros.
3. Sátira contra el Templo Panegírico. Como suya.
4. Intitulase Festín de las tres Gracias por su desgracia.
5. Cartuja de Sevilla.
6. Fulminó el rayo un monje más saturnino que Tobías.
7. Con nombre de prólogo sacó la sátira que debía metérsela.
8. Tiene los hechos como la cara.
9. El otro monje ha dado en transformar a rojo y velloso con unos dobleces que llama jeroglíficos.
10. Es lo mismo que él hace y padece.
11. Por la desunión de figuras no le quita pinta. Léase La gran Historia.
12. Templo que escribió Don Fernando de la Torre.
13. Campana de la Cartuja.
14. Tiene el falso autor los dientes muy grandes aunque no los tiene.
15. Llámalos así en una canción real que dedicó a dichos Padres.
16. Diéronle la misma cantidad en reales.
17. Cada una le suma un pienso.
18. Mancha abanillos sin saber más.
19. Retrato de Don Fernando de la Torre en su Templo.
20. Fuelo de quien costeó la imprenta
21. Dice lo mismo en la sátira de quien no debiera.
22. Muerde el laurel y vuélvese la retama.
23. El otro monje que censura el retrato sacó uno de un hermano suyo sin saber por qué.
24. Llámanle así en un latín que parece guineo.
25. Píntalo laureado y con un bolso en la mano derramando dineros.
26. Es natural de este lugar en Indias.
27. Lugar de locos.
28. Lugar de desafíos.
29. No se le respondió la sátira porque merecía otra respuesta.
30. Tiene su festín proposiciones malsonantes.
31. Escribió la entrada del embajador de los otros en Sevilla.
32. Vendiole los versos y la religión.
33. Engañó a quien aprobó el Festín ocultándole la sátira.
34. Díselo, por la Virgen, con poco temor de Dios.
35. Díselo también con su boca sucia.
36.  In vanum lavoraberunt.

GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera