Por la estafeta he sabido
que me han
apologizado,
y a fe de
poeta honrado,
ya que no bien entendido,
que estoy muy agradecido
de su ignorancia tan grasa,
que aun el sombrero les pasa,
pues imputa
obscuridad
a una opaca
Soledad
quien
luz no enciende
en su casa.
Melindres son de lechuza
que en lo umbroso poco vuele
quien en las
tinieblas
suele
no perdonar a una alcuza.
Musa mía, sed hoy Muza:
si empuña, si embraza acaso
lanza y adarga el Parnaso,
defended el
honor mío,
aunque no está, yo lo fío,
en la
vega
Garcilaso.