Información sobre el texto

Título del texto editado:
“Correspondencia. Crítica teatral”
Autor del texto editado:
Galindo, José
Título de la obra:
El Correo. Periódico literario y mercantil, nº 284
Autor de la obra:
Ximénez de Haro, Pedro (dir.)
Edición:
1830


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CORRESPONDENCIA

Crítica teatral


Señor redactor del Correo, muy señor mío: como aficionado a la lectura y a todos los papeles que tienen tendencia con la ilustración pública, apenas llegué a esta capital me suscribí a su apreciable periódico, creyendo que vería a menudo artículos de teatro, que, al paso que divirtiesen al público, nos corrigiesen a los actores de los defectos que (no atacando los principios) necesariamente hemos de tener, como hombres. Por las razones dichas he leído el artículo teatral inserto en su número 283 por La Chinche crítica. Me es doloroso tener que deshacer algunas equivocaciones, y así entraré en cuestión por partes.

Dice el crítico “(Don Antonio Herrera): Su introducción fue la más estraña del mundo por la muchísima velocidad &c.”. Me parece que este señor crítico no ha tenido presente al poner este defecto que el don Gabriel (no don Antonio, como dice mi Aristarco) es un soldado joven y algo calavera; dígolo asi por lo que arroja el diálogo, pues solo un calavera puede aprovecharse da la equivocación del trueque de las maletas y concebir el proyecto de apoderarse hasta de la dama destinada a otro. Así, me parece que en la primera escena, hallándose solo con su criado, debe manifestar su carácter atronado, vivo e irreflexivo, tanto más cuanto que en el momento en que se presenta a don Gómez y doña Serafina fingiendo ser don Pedro tiene que variar de carácter, imitando al verdadero novio.

Dice igualmente el señor Chinche que es muy estraño que. presentándose de camino en el segundo acto, siga toda la comedia con el mismo traje. Dígame vmd., señor crítico, ¿no ha reflexionado que el don Gabriel no tiene sobre qué caerse muerto? ¿Que no por unas, sino por algunas veces, dice que no le queda arbitrio? ¿Que no se atreve a cobrar las letras por no ser descubierto? ¿Que no quiere comunicarse, igualmente, por que no le descubran antes de desposarse? Ahora bien, con todos estos antecedentes y el de tener que empeñar las joyas (que no son suyas) para que salga de prisión el verdadero don Pedro, ¿cómo se había de ocupar en mudar de traje, salvando esta falta con lo que dice al principio a don Gómez de que “el arriero traerá después mi equipaje, que no quise mi viaje detener”? Sobre todo, señor mío, vmd. me dice que los actores que desempeñaron la dicha comedia hace seis años lo hicieron a la perfección; yo concedo con vmd., y respeto en un todo lo que aquellos hicieron; pero ¿por qué, si aquellos acertaron, me da usted por defecto que yo siga sus huellas? Todos los señores actores que han hecho el citado papel lo han vestido lo mismo, y yo creí por las razones antedichas y porque así lo habían presentado mis antecesores (hablo de los acreditados) que yo no debía hacerlo de otro modo.

A pesar de todo lo dicho, yo agradeceré siempre al señor crítico u a otro cualquiera las observaciones que tenga a bien hacerme, pues, como hombre, será muy fácil estraviarme y no llenar el todo de los diferentes caracteres que por necesidad tiene que desempeñar un actor. Otras muchas observaciones pudiera hacerle, por las cuales mereciese la indulgencia de los conocedores; como la variación de mi escritura y los inconvenientes con que he tenido que tropezar para mi presentación en estos teatros; pero esto lo dejo a la veracidad de la empresa y al criterio de la redacción, siempre interesada en publicar lo cierto de los hechos.

De todos modos, yo estoy siempre dispuesto a escuchar los consejos de la sana crítica y a agradecerlos (repito) a quien tenga la bondad de dármelos acertados. El actor que se aprovecha de ellos da una prueba de que conoce las obligaciones de su arte y de que todo su conato es el de hacerse merecedor con su esmero (si no con su habilidad) de la estimación del ilustrado público, en cuyo obsequio emplea su observación y sus vigilias.

Tenga vmd. la bondad, señor redactor, de insertar estas líneas en su periódico y se lo agradecerá su afectísimo S.S.S.Q.S.M.B [su seguro servidor, que su mano besa], el acto de los teatros de esta corte José Galindo.

(Cuatro palabras de la redacción). En este negocio, como se ve, hay una chinche. La tal, a fuer de insecto que asoma con el calor, pica, y el picado se sacude. Hace muy bien, y tanto más cuanto que lo ejecuta con decoro y con las buenas razones de los argumentos y del raciocinio. Los que aconsejan a los actores que no hagan caso de las críticas los aconsejan muy mal, porque, si las críticas son justas y prudentes, ellos con desestimarlas serán los que verdaderamente se adquieran el desprecio público; y si las críticas valen poco, les dan ocasión para defenderse victoriosamente y hacer ver que son sensibles al pundonor y que poseen conocimientos de la profesión que ejercen. Esta es espinosa, difícil y espuesta a la general censura; el público compra con su dinero la facultad de aplaudir o desaprobar; de consiguiente, él es el juez, y siempre que los periódicos interpretan bien su juicio ejercen una fuerza moral que no se destruye con consejas privadas ni con afectada indiferencia. Al público, en una palabra, no se le cohecha y engaña, y, cuando los escritores son su eco, es preciso o rebatirlos con razones (que también sean públicas) o someterse a la influencia que inevitablemente han de ejercer en la opinión los que, diciendo la verdad, cumplen con el honroso y difícil cargo que desempeñan. Intentar lo contrario es perder el tiempo.

Por lo demás, y en cuanto a lo que indica el señor Galindo respecto a su escritura, tenemos entendido que su parte verdadera es la de barba y que para ella ha firmado. Creemos asimismo que ha contraído la obligación de hacer algunos papeles de galán, pero entre esto y cubrir completamente la parte de tal hay diferencia. Siendo la cosa así, según se nos asegura, si este actor desempeña generalmente los galanes, será una condescendencia de su parte, y en tal caso son laudables sus esfuerzos para suplir el vacío que sin ellos se haría más reparable.





GRUPO PASO (HUM-241)

FFI2014-54367-C2-1-R FFI2014-54367-C2-2-R

2018M Luisa Díez, Paloma Centenera