La democratización de los sistemas educativos

La participación democrática

 

Ernesto REY SÁNCHEZ

Natalia MATAMALA HIDALGO

Miguel Ángel ARIZA SENDRA

Leticia VÁZQUEZ GARCÍA

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

El mundo de la educación es un campo especialmente habitado por idealismos de diversa clase (ideológicos, políticos...).

El alumno, no sólo necesita aprender Matemáticas, Lengua, etc. Además, debe aprender ciertos valores que dan sentido a la vida social de la que forma parte.

Dentro de esos valores, la participación democrática es uno de los más importantes. Su virtualidad se extiende no sólo fuera de la escuela, creando ciudadanos participativos que puedan vitalizar el tejido social, sino también hacia adentro, al ayudar a la plena realización de los derechos de los participantes en el proceso educativo, así como la posibilidad de establecer una comunidad escolar que supere los límites de la mera relación pedagógica.

Teniendo esto en cuenta, el objetivo está muy claro: lograr una democratización del sistema, que los centros de enseñanza funcionen democráticamente, lo cual implica que todos los que tienen que ver con la tarea educativa (profesores, padres, personal no docente, e incluso instancias administrativas, como Ayuntamientos) tienen derecho a participar en el gobierno del centro a través de representantes elegidos democráticamente que defenderían sus intereses:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Sin embargo, conseguir esta participación democrática no es un objetivo fácil. Pero, ¿por qué? Sencillamente, porque un centro de enseñanza es una organización en la cual los que se ven todos los días son grupos de personas que tienen intereses diferentes. Aun así, el tener intereses diferentes no es, en sí mismo, algo malo para la vida social. El problema surge cuando quienes gozan de mayores cuotas de poder por su posición institucional pueden hacer uso del mismo para una defensa de sus intereses. Así, por ejemplo, el grupo de profesores no puede evitar solidarizarse con compañeros que en un momento dado ocupan cargos unipersonales en el centro.

Este ejemplo permite ver que no es fácil dar soluciones al problema de la participación debido a su conexión con otras problemáticas.

 

DIMENSIONES DE LA PARTICIPACIÓN

  

Al hablar de participación, nos referimos a varias cosas, al menos a tres diferentes:

1.      A la participación en el gobierno del centro – “control y gestión” -. Dimensión Política.

2.      A la participación en las actividades escolares. Dimensión Académica.

3.      A la participación en las actividades extraescolares. Dimensión Comunitaria.

Estas tres dimensiones, Política, Académica y Comunitaria, completan un mapa del proceso democrático en el que deben verse las conexiones que se establecen entre ambas.

Las dimensiones Política y Comunitaria, se refuerzan mutuamente en el camino hacia la consecución de un centro de enseñanza ideal.

Por otro lado, la Dimensión Académica tampoco es ajena a la política de gestión. La idea es muy simple: la participación en clase puede y debe constituirse en uno de los instrumentos de aprendizaje de la actitud participativa de los alumnos.

 

DIMENSIONES

POLÍTICA

- Gestión y control

ACADÉMICA

- Participación en actividades escolares

COMUNITARIA

- Participación en actividades extraescolares.

 

 

POLÍTICA

- Gestión y control

 

 

La participación en clase debe constituirse en uno de los instrumentos de aprendizaje de la actitud participativa de los alumnos.

 

 

ACADÉMICA

- Participación en actividades escolares.

 

 

 

 

 

COMUNITARIA

- Participación en actividades extraescolares.

 

 

Se refuerzan en el camino hacia la consecución de un centro de enseñanza ideal

 

 

 

 

EL ASOCIACIONISMO COMO BASE DE LA DEMOCRACIA ESCOLAR

 

La participación democrática en los centros de enseñanza necesita para consolidarse, de la existencia de organizaciones intermedias en las que se asocien los distintos estamentos.

Los participantes en el proceso educativo deben reunirse periódicamente hasta crear la costumbre de la discusión sistemática sobre los intereses que los unen y sobre la forma de materializarlos en demandas dentro del sistema de participación establecido.

Si nos trasladamos al sistema político, la organización fundamental que defiende los intereses de los representados es el sistema político. En el sistema escolar, en el ámbito de centro, jugarían ese papel las asociaciones de los distintos participantes. Sin embargo, más allá de la pertenencia a asociaciones que rebasen un centro en particular, deben existir estructuras más o menos formalizadas que sirvan de transmisores de demandas de los distintos estamentos a los consejeros escolares.

En la práctica, parece que sólo los profesores poseen una tradición en la defensa de sus intereses a través del claustro. Los alumnos, por ejemplo, podrían utilizar las Juntas de Delegados o las Asociaciones de Alumnos para la defensa de sus intereses; los padres, las A.M.P.A.S. (Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos).

Sin embargo, pocas veces ocurre así. Todo parece indicar que el caso de los profesores es un caso aislado, que el resto de los participantes no tienen o no utilizan sistemas de reunión y asociación preparatorios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


                               

 

 

 

PAPEL DE LOS PADRES

 

La participación de los padres, sirve como modelo a imitar por los hijos; un padre o una madre que participan en el centro incentiva el interés de su hijo-a por la participación.

Puesto que el padre-madre no participa en el plano académico, en la actividad pedagógica propiamente dicha, ese ejemplo permite ver a su hijo-a que la participación en ámbitos extra-académicos es posible.

Debemos tener en cuenta que los padres son los primeros responsables en la educación y formación de sus hijos, cosa que parecen olvidar a veces, descargando toda la responsabilidad en los maestros-as; las bases de la participación democrática deben comenzar desde la familia, con la participación activa de los padres-madres en el proceso educativo, que, como mencionamos anteriormente, debe servir de ejemplo a los hijos-as para ver que la escuela no consiste sólo en asistir a clase, sino que es posible una participación más amplia.

 

 

CAUSAS DE LA NO-PARTICIPACIÓN

 

Más que de causas, cabe hablar de excusas. Las principales son:

- Residencia alejada del Centro Escolar.

- Horario inadecuado de las reuniones.

- Desinterés frente a la información, comodidad.

- Temor a hacer el ridículo, más acusado en padres-madres sin estudios o con estudios primarios.

- Posible hegemonía del profesorado.

 

 

CONCLUSIONES

 

Concluyendo, cabe destacar que se debe seguir luchando para que los Sistemas Educativos alcancen cada vez un mayor grado de democratización, es decir, que sea posible la participación de todos los actores que intervienen en el proceso educativo, aunque para ello, los primeros que deben mostrar interés son los propios participantes, especialmente los padres-madres de los alumnos-as, que son los primeros responsables de la educación de sus hijos.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

GIL VILLA, F. (1995). La Participación Democrática en los Centros de Enseñanza. Madrid. M.E.C.

CARR,W. y KEMMIS, S. (1988). Teoría Crítica de la Enseñanza. Barcelona. Editorial Martínez Roca.

WILLIS, P. (1992). Aprendiendo a Trabajar. Madrid. Editorial Akar.

 

 

PÁGINAS WEB DE INTERÉS

 

Página web de la UNESCO. http://www.unesco.org/

Página web del MEC. (Ministerio de Educación y Ciencia). http://www.mec.es/

Página web de O.E.I. (Organización de Estados Iberoamericanos). http://www.oei.es/

 

 


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