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Trufa de verano. Carpóforo: Irregularmente globoso, negro pardusco y recubierto por grandes verrugas piramidales de 5 a 7 ángulos. La gleba, parte interna, es blanca, después amarillenta, para tornarse de color marrón claro en la madurez. Aparece cubierta de venas blanquecinas y ramificadas. Posee un olor agradable, muy marcado en la madurez. Mide de 2 a 8 cm de diámetro. |
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Esporas: Elipsoidales, reticuladas, de 25-35 x 22-28 micras. Esporada negruzca. Hábitat: Como todas las trufas vive enterrada en el suelo (hongo hipogeo), de ahí su dificultad para recolectarlo, aunque a veces suele aflorar a la superficie bajo las encinas. La fotografía se realizó en el Parque Natural Sierra de Castril. Observaciones: Podría confundirse con la apreciada trufa negra, Tuber melanosporum, por su cara externa, pero al corte se diferencia por presentar un color negro. Está considerada como un buen comestible, llegando a alcanzar en el mercado precios muy elevados. Principalmente se usa como condimento. |
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