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Trufa negra. Carpóforo: Más o menos globoso, irregular, semejante a un tubérculo. De 4 a 12 cm de diámetro. Superficie externa de color rojizo en su juventud, para oscurecer en la madurez, y llegar a tonos casi negros. Se encuentra cubierta de verrugas piramidales de seis caras, con la parte superior algo deprimida. La zona interna o gleba, es de color rojizo, y pasa a negruzca en la madurez; toda ella se |
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encuentra atravesada por unas venas o ramificaciones irregulares, blanquecinas. Posee un olor muy característico y profundamente aromático. Esporas: Elípticas, con espinas, de 30-40 x 20-25 micras. Esporada oscura. Hábitat: Como el resto de las trufas, especies del género Tuber, vive enterrada en el suelo, a varios cm de profundidad. Está asociada a distintas especies arbóreas, con preferencia al género Quercus, y principalmente a encinas y robles, en suelos calizos y terrenos pedregosos. Es poco frecuente, pudiendo aparecer en otoño e invierno. La fotografía se realizó en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Observaciones: Se podría confundir con T. aestivum, más abundante, pero con la carne de color blanquecino. Es un comestible excelente, alcanzando precios desorbitados. Su búsqueda resulta muy difícil por su hábitat subterráneo, utilizándose perros o cerdos amaestrados. En el mercado es frecuente el fraude con la mencionada T. aestivum. |
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