Muchachito Bombo Infierno y L.A.M.O.D.A en el Teatro de la Axerquía (41 FGC)

Todavía podríamos estar allí, en el Teatro de la Axerquía…todavía podríamos estar cantando. La primera sorpresa, probablemente por llegar virgen al concierto en cuanto a seguimiento de la gira de estas bandas, es encontrar a MUCHACHITO BOMBO INFIERNO abriendo la noche. Ojo, esto no va de telonear, abrir para…o similar. Se trata de dos bandas con propuestas musicales completamente distintas, muy diferentes entre sí, que quizás deban su convergencia de anoche a meras cuestiones organizativas, de optimización de tiempos y economía. Aclarado esto dedicar unas líneas al contexto: comienzo muy puntual, casi certero a la hora marcada; una climatología que, pese a que ironizó con ella el propio Muchachito, no fue tan dura como en otras ocasiones, especialmente teniendo en cuenta lo vivido en el día y lo anunciado para los venideros. A pesar de ello esto es Córdoba , y entre las carreras, los focos y la temperatura a la cuarta canción ya estaba con el torso desnudo. Asistencia: la zona de pista mostraba una densidad casi superior a la de grada , con la lógica dispersión de esta última, y que fue yendo a mayores cuando se incorporaban los rezagados (esos y esas que “saben” que un concierto no empieza nunca a su hora y que ayer erraron) y terminó con un lleno total toda vez que no se vetó la entrada desde la grada a la pista. Lleno fruto del trasvase entre zonas porque, si bien no fue una mala entrada tampoco se la podría calificar de muy importante.
En lo puramente musical el santacolomino Jairo Perera (AKA Muchachito) no ha modificado sustancialmente su propuesta en los años que lleva en un escenario: así soy y así te lo cuento, hago rumba, folk, lo tamizo con el rock callejero y lo aderezo con un poquito de reggae… suponemos nos diría en una hipotética entrevista. Por ahí hemos escuchado que se conoce como rumboxing…podría ser, aunque el propio interesado no dejaba de pedir al público “más rock and roll “. Es así: te gusta o no, pero no te engaña.
Cinco vientos, tres percusiones y el ínclito a la guitarra, más el perenne y ya indispensable Santos de Veracruz, bailando mientras pintaba o pintando mientras bailaba, sumándose con su pintura al arte que fluía en el escenario. Diez personas funcionando como una sola …y Muchachito haciendo kilómetros escenario arriba y abajo ora con micro ,ora con guitarra en ristre.
Algunos problemas técnicos, detectados al grito de “Houston , tenemos un problema”, con los que “bromeó en serio” dada su reiteración (si es que tal contradicción puede darse) llegando a pedir no más allá del tercer tema “que por favor se solucionaran” . Arrancamos , 21 temas archiconocidos por el respetable, a saber : Carretera Sideral , El club del paro, Demasiada agua y no hay piscina, Caraguapa o El bailarín nocturno. También hubo tiempo para las influencias o simplemente las canciones que atrapan a los autores tanto que las pasan por su filtro y las hacen suyas, como la versión del La quiero a morir, de Francis Cabrel o el Tu Vuo Fà L’Americano, de Renato Carosone.
Con el sonido ajustado tras los primeros temas y solucionados los problemas técnicos iniciales la simbiosis público- banda se completó, concatenándose temas casi sin parón, aunque siempre había unos segundos de interlocución para l@s asistentes. Seguimos… Si tú si yo, Me tienes frito, Eima o Paquito Tarantino y claro, no podría haber otro final que el que fue Ojalá no te hubiera conocido. Los más optimistas no podían imaginar que, habiendo presentado a la numerosa banda a la media hora de concierto, este llegara a durar casi hora y media.
Agradecidos estaremos algunos siempre a quien decidiera pinchar, en el rato de cambio de rider, entre banda y banda, el Since you been gone de Rainbow, o varios temas del enorme hombre de negro Johnny Cash.



0:30: burgaleses a escena. La Maravillosa Orquesta del Alcohol . La M.O.D.A., siete jóvenes, pero ya fajados pues llevan desde 2011, componentes: teclados, batería, acordeón, saxo, dos guitarras, bajo…maravillosamente orquestados, disfrutando lo que hacían (como se pudo comprobar durante el rato que duró la actuación y en el honesto abrazo final entre todos sus miembros), estructurados en escena en formación cuasi militar, uniformados también, camiseta de tirantes blanca y pantalón negro…estas cosas dan pistas a veces del interés puesto en el proyecto, en las ganas de llevar la unidad y la conjunción a niveles superiores. Obviamente ni es matemático ni el hábito hace al monje pero el no dejar nada al libre albedrío en este caso no solo no resta frescura sino que da solidez a la propuesta, una propuesta que si bien en lo musical  y formal tiene muchos padres en el contenido es arriesgada , con referencias muy localistas a su tierra y ancestros, musicando incluso canciones de su bisabuelas (Miraflores), como ellos mismos se encargaron de recalcar , apelando a la impotancia de “los contenidos sobre los continentes” y como el propio título de su último larga duración deja claro , Nuevo Cancionero Burgalés, basado en dos libros burgaleses de principios del siglo XX.

Precisamente arrancaron con  Un lunes y La Molinera, dos de ese último trabajo.

No todas las referencias han sido castellano leonesas (quizás solo burgalesas , no sabemos su opinión sobre esta ancestral discusión regionalista) pues hay mucha historia en sus letras: Jack Kerouac, los adoquines bajo los que no había playa (Mayo del 68), etcétera.

Alternándose las cuerdas de guitarras y banjos han seguido Mil Demonios, un clásico de la Orquesta publicado en 2018, Catedrales, la intimista Hay un Fuego, de aquel La Primavera del Invierno, de 2015. Con Colectivo Nostalgia ha seguido la nostalgia y el sentimiento.

Se acercaba el final: Los Loros, Nómadas, 1932, celebérrima por haber sido cabecera de la Vuelta Ciclista el año pasado. Los Héroes del Sábado (muchísimas camisetas con esa leyenda entre los asistentes) y por último  Mañana voy a Burgos, tercer single de su Cancionero, con el que terminaron un set brillante de un grupo que sin duda alguna gana mucho en directo.