La UCO Recomienda: Sebastián Ventura Soto

Sebastián Ventura Soto es Catedrático de Universidad del Dpto. de Informática y Análisis Numérico, área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Córdoba. Su actividad investigadora se desarrolla en el seno del grupo de investigación “Sistemas Inteligentes y Descubrimiento de Conocimiento” (KDIS), del que es investigador responsable.

Líneas de investigación: soft computing, aprendizaje automático, minería de datos y sus aplicaciones.

Dos álbumes trascendentales de ROCK que han marcado tu vida. ¿Por qué son tan especiales para ti?

Bueno, si tuviera que seleccionar un solo álbum si lo tendría muy fácil. Mi primer álbum de “rock duro”, como lo llamábamos por aquella época, fue el “Made in Japan” de Deep Purple (1972). Lo compré en el verano de 1980, en versión cassette, en una tienda que se llamaba Long Play (en la calle Góngora, aquí en Córdoba). Recuerdo que tardaron más de un mes en traérmelo, porque era muy raro editar ese tipo de discos en cinta. Lo curioso es que no tenía ni idea de quiénes eran esos tíos, sólo que había oído hablar del disco a otros chicos mayores, malotes, del colegio, y de algún modo sentía curiosidad. Yo había escuchado Queen, Status Quo, Camel, Boston, Eagles… pero esto era otra cosa. Pura energía, nada igual a lo que había escuchado hasta la fecha. Después de escucharlo supe que esa era la música que quería escuchar, y empecé a buscar, y a leer, y a ir a tiendas de discos a mirar, escuchar y aprender sobre el tema, y a compartir mi afición con mis colegas. Llegaron AC-DC, Iron Maiden, Saxon, Judas Priest, Led Zeppelin, Motorhead, Scorpions, Van Halen… También algunos españoles como Leño, Barón y Obús… y muchos discos geniales, pero nunca me afectaron como éste.

El segundo disco en mi vida ya es bastante más complicado de elegir, porque hay muchísimos discos que me han marcado. De esa época primera, el “Highway to Hell” y el “Back in Black” de AC, “The Number of the Beast” de Iron Maiden, los discos en directo de Saxon (los adoraba), Rainbow, Scorpions, Judas, Motörhead y Led Zeppelin (“The song remaings the same”) me encantaban. Pero tampoco puedo inclinarme por ninguno. Cada uno iba siendo el favorito por épocas, aunque siempre le he tirado mucho a los virtuosos de la guitarra: Ritchie Blackmore (como no), Jimmy Page, Ted Nugent, Van Halen, Uli Roth, y Gary Moore (esto fue siglos antes de que se pasara al blues). Luego vino el descubrimiento del Thrash Metal a finales de los 80. Quizás el “Master of Puppets” o el “Ride the Lightning” de Metallica podrían ser mi segundo disco… pero no estoy seguro, porque Megadeth y Anthrax siempre me gustaron más que Metallica. Y en los últimos años, con la cantidad de estilos (Nu Metal, Progresivo, Black, Death….) que hay, es casi imposible decantarse por un solo disco.

Pero si tuviera que decidirme, podría decir que el segundo disco que más me ha marcado es “Speed Metal Symphony” de Cacophony (1987), el grupo en el que coincidieron Marty Friedman y Jason Becker (¡casi ná!). La primera vez que lo escuché no daba crédito. ¿Cómo podían ser esos tíos mejores que Van Halen? ¿Cómo se compenetraban de esa forma? Increíble. La verdad es que la parte vocal del disco era mejorable, pero los temas básicamente instrumentales como Savage, The Ninja, Concerto o Speed Metal Symphony… Después de escuchar ese disco, ha habido muchísimos monstruos de la guitarra en mi vida: Yngwie Malsteem, Joe Satriani, Steve Vai, John Petrucci, Loomis, Broderick… pero creo que esa combinación, y en ese momento, fue totalmente inigualable.

Actualmente en la Universidad es necesario formar a profesionales competitivos al mismo tiempo que son también muy importantes las competencias conductuales como el trabajo en equipo, motivación o compromiso. En ese marco, ¿por qué recomendarías estos discos a cualquier joven universitario?

Creo que el Made in Japan es un disco histórico, épico diría yo. A pesar de que tiene más de 40 años, no está pasado de moda. Se han escrito hasta libros sobre este disco… y si se ahonda un poco en la historia de ese disco y de la banda, se puede aprender mucho. Por ejemplo, yo personalmente pienso que Deep Purple, por culpa de los egos y las tensiones entre sus componentes, nunca llegó a ser lo importante que podría haber sido.

El disco de Cacophony es más difícil de recomendar si no eres un “iniciado” en este tipo de música, pero si se escucha con mentalidad abierta, se puede comprobar cómo algunas de las composiciones están muy influidas por música clásica, dado que una de las claves en el metal ha sido siempre la complejidad instrumental. La historia de Jason Becker es también una historia de superación y motivación. Tuvo que dejar de actuar por una enfermedad muy grave que lo inmovilizó. Sin embargo, su pasión por la música le ha llevado a componer y/o producir música en circunstancias extremas (haciendo uso sólo del movimiento de sus ojos).