07 de enero de 2021 0 Comentarios

Agrodiario.

La mayoría de las plantas exóticas invasoras existentes en nuestro territorio provienen de un uso ornamental para jardines públicos y privados (Pennissetum o Lantana cámara). El carisma (vistosidad y colorido) de estas especies ha sido fundamental para su selección en viveros y multiplicación, pero también determina su éxito reproductor y facilidad de invasión, tales como la facilidad de multiplicación. La gran mayoría de plantas usadas en jardinería son exóticas. Afortunadamente tan sólo un pequeño porcentaje se convierte en invasor siendo capaces de multiplicarse y causar un impacto en el medio natural. Para aquellas especies que consiguen “escapar”, el clima Mediterráneo en la costa es especialmente benigno y facilita el establecimiento de especies exóticas de origen subtropical o de otras regiones mediterráneas (Sudáfrica o sur de Australia).

A nivel de costa mediterránea se podrían mencionar tres de las especies invasoras relevantes en la actualidad o que tienen potencial de serlo en los próximos años. Por un lado, la vinagreta (Oxalis pes-caprae) de origen sudafricano ampliamente distribuida por el arco mediterráneo presenta un alto poder invasor principalmente en zonas de cultivo de leñosas. En zonas naturales sensibles tales como dunas o roquedos cerca de la costa, una de las mayores amenazas es la uña de gato (Carpobrotus edulis). Finalmente, las especies del género Pennissetum de origen ornamental, son una amenaza emergente que ya está ocasionando graves problemas en las Islas Canarias. Más recientemente, se están expandiendo a gran velocidad por el litoral mediterráneo aprovechando las infraestructuras viarias.

En la gestión de especies exóticas invasoras, uno de los aspectos fundamentales es la prevención, ya que especies que llevan tiempo establecidas y expandiéndose serán muy difíciles de erradicar debido al nivel de recursos necesario. Tal es el caso de Oxalis pes-caprae. Para estas especies la prioridad debe ser su control en zonas especialmente sensibles o de interés, tales como espacios naturales protegidos. Nuestro éxito y prioridad se debe centrar en el caso de especies emergentes que sabemos que pueden llegar a tener graves consecuencias. Sobre estas especies todavía con rangos de distribución reducidos se pueden aplicar estrategias de erradicación con un alto grado de éxito. Sin embargo, el problema recae en la dificultad de encontrar recursos para estas actuaciones y nuestra limitada capacidad para ver cambios esenciales en la dinámica de estas especies. En nuestro contexto es bastante común que las especies exóticas pueden estar un periodo de latencia sin ocasionar problemas, pero paulatinamente llegar a producir impactos relevantes sin que nos demos cuenta. El seguimiento de las poblaciones de exóticas en zonas naturales y semi-naturales es fundamental para llegar a tiempo en la lucha contra las especies invasoras.

Nuestro grupo trabaja a distintos niveles en el ámbito de las especies invasoras y cambio global. Por un lado, un aspecto fundamental es la modelización de la distribución de estas especies y la proyección del cambio a medio y largo plazo según distintos escenarios de cambio global. Por otro lado, también trabajamos con el seguimiento de procesos de invasión y cambios en los sistemas forestales a través de herramientas de teledetección, sensores e inteligencia artificial. A nivel nacional e internacional colaboramos con diversos grupos de investigadores para sentar las bases sobre ecología y riesgo de las invasiones biológicas. Por ejemplo, junto con la ONG internacional CABI, estamos en la parte final de un proyecto sobre la planta invasora Parthenium hysterophorus en Pakistan, en la que combinamos teledetección y modelización como nuevas herramientas para el seguimiento de su expansión e impacto a escala nacional.

¿Qué peligros para el cultivo del sureste español conlleva su existencia? ¿Y al medio ambiente? ¿Y al ser humano?

Cada especie exótica invasora genera un grado y espectro de impactos diferentes. Para agricultura, el mayor peligro lo ocasionan las plantas exóticas con alto poder de multiplicación y adaptadas a ambientes ruderales. Por ejemplo, una especie que todavía no tenemos en nuestra región pero que por su afinidad a nuestro clima e impacto en otros países puede ser un problema emergente es Parthenium hysterophorus. Es una planta originaria de América considerada por la UICN como una de las 100 peores especies invasoras a nivel mundial. Fuera de su rango nativo es capaz de ocasionar pérdidas de cosecha en cereales de hasta un 30-40% (sorgo en India). Actualmente no se encuentra en Europa, pero sería fundamental hacer un seguimiento continuo para identificar a tiempo eventos de establecimiento y actuar antes de que sea demasiado tarde. Esta misma especie puede originar reacciones alérgicas en humanos tras una exposición continuada. En otros casos las plantas invasoras pueden genera un impacto considerable sobre el medioambiente. Este es el caso de especies tapizantes que son capaces de ocupar el espacio impidiendo el desarrollo de otras especies y por tanto reducen la biodiversidad de forma drástica. Entre los ejemplos del sureste español encontramos a las especies de Carpobrotus, Cylindropuntia y Opuntia. Si bien este último grupo ha reducido su relevancia gracias a la actuación de un control biológico natural, accidentalmente introducido en la península.

¿Es necesario informar a la sociedad sobre la cría y tenencia de especies invasoras y sus posibles consecuencias?

Es fundamental que la sociedad sea consciente de que el problema de las especies invasoras empieza por ser responsable de nuestros actos a la hora de comprar o transportar especies fuera de su rango nativo. En el caso de plantas exóticas ornamentales, el primer paso para que una especie haga su camino hacia invasora es ser plantada en nuestros jardines. Hay que ser conscientes en el momento de su adquisición de la responsabilidad que tenemos en el caso que se nos escape y pueda generar un daño en los ecosistemas o en la economía. Por otro lado, tenemos que ser conscientes de que existe un grupo muy relevante de plantas exóticas invasoras ampliamente arraigadas en nuestro contexto (e.g. chumbera, agave, Arundo donax). A pesar de su carisma, es fundamental que la sociedad entienda su historia natural y origen exótico ya que pueden generar un elevado impacto a nivel local. Por tanto, es necesario evitar su proliferación e incluso promover su erradicación en áreas sensibles. No podemos esperar a que la administración actúe, porque en la mayoría de los casos será demasiado tarde.

Pennissetum setaceum en la costa mediterránea (Pablo González Moreno)

¿existen escenarios posibles para especies invasoras que todavía no están presentes o que se encuentran en un estado emergente? ¿y para las que existen aún oportunidades para frenar su expansión?

Tenemos las herramientas y metodologías necesarias para actuar en la prevención de introducción y establecimiento de especies invasoras. Los protocolos de bioseguridad, entre los que se incluyen los certificados fitosanitarios de productos agrícolas y los análisis de riesgo, son fundamentales para prevenir la introducción de nuevas especies que puedan ocasionar un impacto en la producción agrícola y el medioambiente. A pesar de todas estas medidas y debido a la intensidad actual de comercio exterior y movilidad internacional, es difícil controlar todas las vías de introducción. Por tanto, es necesario que todos cumplamos las normativas fitosanitarias y de especies invasoras para evitar introducciones no deseadas nuestra región.

Las especies invasoras no consiguen poner de acuerdo a ecologistas y científicos. ¿Qué les diría a todos ellos como investigador?

Tenemos que ir todos a una con el problema de las especies invasoras ya que los impactos pueden ser devastadores y no sólo en un ámbito concreto. Investigadores, organizaciones no gubernamentales, profesionales y administraciones deben estar conectadas para dar soluciones reales y consensuadas a un problema dinámico que a su vez puede generar conflictos sociales. A su vez es necesario que estas medidas sean coherentes a la dimensión del problema. En algunos casos habrá que hacer compromisos debido a falta de recursos y en otros casos será necesario buscar soluciones innovadoras tales como control biológico, sensorización o ciencia ciudadana.

¿es necesario un cambio urgente en la relación entre los seres humano y la Tierra?

El problema de las especies invasoras es uno de los varios elementos fundamentales que conforman el cambio global que está ocasionando el ser humano en la Tierra. Tenemos constancia que nuestro planeta está mostrando síntomas evidentes de una transformación sin igual, no tanto por su magnitud sino por la rapidez del cambio en comparación con los últimos milenios. No sabemos dónde está nuestro límite, pero sí que el de la Tierra estamos a punto de rebasarlo.

Entrevista original a Pablo Gonzáles Moreno Agrodiario