El grupo de investigación Nutrigenómica y Síndrome Metabólico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y del CIBER OBN ha demostrado que el consumo de Vitamina E dentro de un modelo de dieta equilibrada y en cantidades suficientes, como es la ingesta diaria de tres o cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen, el consumo de pescado, principalmente los azules, verduras, los frutos secos, los huevos y los cereales integrales, van a permitir que retrasar el envejecimiento de nuestras células, con lo que alargan y mejoran la calidad de vida.
A raíz de los datos que ha obtenido el equipo del IMIBIC, el doctor Pablo Pérez, catedrático de Medicina de la Universidad de Córdoba y especialista en Medicina Interna en el Hospital Universitario Reina Sofía explica a la Fundación Descubre que es importante consumir vitamina E dentro de una alimentación variada junto con alimentos ricos en otras vitaminas y antioxidantes para prevenir la aparición de enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento como son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. “El patrón de alimentación saludable se debe de acompañar de la realización de ejercicio físico diario, adaptado a la capacidad de cada persona, respetar las horas de sueño, minimizar las situaciones de estrés, y abandonar el hábito tabáquico“, añade.