Evento de Poesía y Terror.
El recital pretende alejarse, ante todo, de la imagen arcaica que permanece en el imaginario colectivo respecto a los recitales de poesía. No será un lineal discurrir de disertadores interpretando lo que una mera máquina de buena gana podría ejecutar, si no una expresión vivaz y humana, una inmersión de carácter incluso cinematográfica para el espectador. En sus diferentes partes, el recital abandona el aura monótona y ritual; el espíritu de público de misa ordenadamente dispuesto ante el orador. Por ello, el evento mezclará diferentes medios, tales como el juego de iluminación (aprovechando la penumbra natural) y espacio, su transcurso girará en torno a temas oscuros, reflejo de lo siniestro y lo ominoso, de la condición humana; la pena, lo monstruoso... Todo ello en una disposición dinámica, medio espectáculo, medio performance.
En un sentido más técnico, se harán uso de diferentes estancias de la facultad de Filosofía y Letras: el patio bajo los pasillos de la planta alta del decanato y los mismos, evitando en todo momento la cercanía con los salones donde se estén impartiendo clases. Los ocho participantes no ocuparán un espacio sólido, se desplazarán y variarán en el contenido representado, se pretende decorar el patio con velas, maniquíes y otros elementos de atrezzo que aporten a la inmersión, así como hacer uso de música e iluminación, para lo que se requiere cierto material.
A través de la representación se alterna improvisación y lectura, los poetas se responden los unos a los otros, aparecen y desaparecen entre el público y la escena, vagan por pasadizos secretos e imaginarios, ante estanterías que se abren en silencio y espirales; interpretan papeles difusos y mutables, de nexos aparentemente incomprensibles, propios de un sueño, pues no debemos olvidar que “soñar despierto es tan impredecible, poderoso e importante como hacerlo dormido” y es precisamente ese extraño lugar de dudosa vigilia, la más cruda realidad, hogar de los horrores humanos.