Skepticism in Islamic and Jewish Philosophy
Introduction
Parece evidente que la verdad revelada entra siempre en colisión con los principios filosóficos. La filosofía de manera tentativa disputa, rivaliza, mediante la razón, con todo el pensamiento. Se afana en conseguir, con un método riguroso y preciso, la verdad. Su pretensión de verdad o veracidad es su marca indeleble. Sin embargo, las diferentes escuelas filosóficas reconocen como verdad, diferentes y a veces opuestas convicciones sobre la vida, la moral, la infinitud o Dios. En todas las religiones, el dogmatismo es el punto de partida, convincente y seguro de su verdad, la duda en cada una de ellas es sinónimo de pérdida de la fe y por tanto de herejía o pecado. Esto es muy interesante, porque, aunque no pueden aceptar el escepticismo que es el destructor de la mayoría de las doctrinas dogmáticas, lo convierten en su aliado para demostrar que todas las dudas e incertidumbres pueden resolverse sustituyendo el ejercicio libre y voluntario de la razón, por la esclavitud determinada y arrogante de la fe. La fe es revelada y Dios garantiza su verdad. La arrogancia no viene de la verdad, sino del origen de la misma que es Dios y es infalible. Los pensadores islámicos, judíos o cristianos, exceptuando algún indeciso, sólo utilizan el escepticismo con ánimo ilícito, pues lo usan para afirmar que la fuente de todo conocimiento no pueden ser los sentidos, porque nos engañan, ni la razón, que en el fondo toma sus certezas de ellos, sino la autoridad divina que está muy por encima de nosotros. Es decir, la desconfianza que tiene el escéptico sobre las cosas, sobre la realidad, sobre lo divino, solo aparece porque piensa sobre ellas, libre y voluntariamente, como todos los filósofos, mientras que la persona que sigue la fe revelada no tiene ninguna duda. La lucha se torna excluyente, no hay posibilidad de conciliar fe y razón. Todos los que asuman su libertad de pensamiento sin límites, ya se sitúan “a priori”, en el error de creer que mediante la razón se puede llegar a la verdad, de ahí la necesidad de los escépticos que con pruebas y ejemplos demuestran que se equivocan, y todos de antemano están “vencidos”; mientras que los que asuman la revelación divina se entregan agradecidos a la seguridad inconmovible de la fe.
El ideario pirrónico en el oriente medieval (presentación y divulgación) 