Viernes, 03 Marzo 2023 09:05

Anna Caballé y Beatriz Ranea inauguran el ciclo 'Feminismo siglo XXI, diálogos entre la cuarta ola y la reacción machista'

Escrito por G.C.
Manuel Torres, Beatriz Ranea, Marta Jiménez y Anna Caballé. Manuel Torres, Beatriz Ranea, Marta Jiménez y Anna Caballé. P.S.

Ayer dio comienzo el ciclo 'Feminismo siglo XXI, diálogos entre la cuarta ola y la reacción machista', organizado por el  vicerrectorado de Igualdad, Inclusión y Compromiso Socia junto a las Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos y la Cátedra Leonor de Guzmán. En esta primera sesión, moderada por la periodista cordobesa Marta Jiménez, intervinieron Anna Caballé y Beatriz Ranea, que debatieron sobre “Feminismo o Feminismos: de la teoría a la acción”.

Como dijo la moderadora, en el escenario se habían reunido dos generaciones de feminismo en esa tarde: Anna Caballé, que representa a la generación que luchó en los años setenta y ochenta por la visibilidad de este movimiento, y Beatriz Ranea que pertenece a las investigadoras jóvenes que trabajan sobre los nuevos feminismos.
Las dos coincidieron en afirmar que no hay un feminismo hegemónico ni un concepto único de feminismo, sino que la pluralidad es lo que caracteriza a este movimiento. Ya en el feminismo histórico, por ejemplo las sufragistas, se organizaban de modos diferentes. También en el feminismo de los años sesenta o setenta, el movimiento de liberación de las mujeres en los Estados Unidos presentaba muchas corrientes, desde el feminismo liberal al radical o al socialista. Caballé afirmó que es un “movimiento socialmente transversal”. Por su parte, Ranea dijo que “tratar de homogeneizarlo todo oculta la riqueza del movimiento y la teoría”.

Otra cuestión planteada por Marta Jiménez fue la del carácter inclusivo del feminismo. A ello respondió Beatriz Ranea indicando que “me gustaría decir que sí es inclusivo, pero no hay tantas certezas”. En todo caso, debería ser inclusivo e interseccional. “El feminismo no se puede permitir dejar a mujeres en los márgenes”. Por otro lado, señaló la necesidad de aprender a tener otro tipo de relaciones, porque las mujeres “nos autocensuramos muchísimo”. No debemos contribuir a la creación de dogmas totalizadores, sino fomentar el pensamiento crítico. Por decirlo de algún modo, apuntó, “no estoy a favor de dar el carnet feminista”. Anna Caballé fue más allá al señalar que “el feminismo histórico tiene que replantearse el sistema binario, asumir nuevos paradigmas y tender puentes intergeneracionales. Por ello el feminismo debe cambiar los tiempos".

Otra idea que se puso de manifiesto por ambas profesoras fue la de considerar al feminismo como un contrapoder, pues es ahí donde reside su fortaleza, por ello es importante que en el 8M se recupere la unidad de acción. Recordaron las manifestaciones unitarias del 8 de marzo de 2018, coincidiendo en afirmar que esa fuerza hizo que el gobierno se planteara la necesidad de establecer una nueva regulación de las cuestiones que preocupaban a las mujeres. La acción es el lugar donde se ponen en práctica las ideas y las leyes son una realidad producto de esa acción. La sororidad, entendida como la solidaridad entre las mujeres, no puede significar que se esté de acuerdo en todo. Hay que aprender a escucharse, por ejemplo en toda esta deconstrucción del canon binario, porque “la democracia se aprende escuchando a quien disiente de nuestras ideas”. También advirtieron de los peligros de la narrativa antifeminista de la ultraderecha que, además, tiene carácter transnacional. Por ello, las mujeres tienen que movilizase contra la reacción conservadora y machista, pues siempre han sido el dique de contención de la extrema derecha. De hecho las mujeres tienden a votar menos a la ultraderecha.

 

Anna Caballé ahondó en la idea de comprender la lógica de la reacción machista que ella dijo poder entender. “Puedo entender el desacuerdo de un hombre, el problema es cuando ese desacuerdo se convierte en un acto de violencia”. Comprender el desacuerdo no significa aceptar el machismo, esto es algo distinto pues esta posición lo que quiere es imponer su planteamiento de modo violento. Desde luego, afirmó que no es necesaria la unanimidad, y que en muchas ocasiones algunos hombres se victimizan pues ven los avances del feminismo no como una construcción común sino como una amenaza a su posición privilegiada. Hay un reto en captar a las nuevas generaciones que saben mucho más de feminismo de lo que hace décadas ella conoció.

Finalmente, Beatriz Ranea reivindicó la necesidad de contribuir a la teoría y el estudio del feminismo, pero eso no significa que haya que haber leído a Simone de Beauvoir o de haber escrito una tesis para participar de la construcción del feminismo. “El feminismo no puede quedarse en la academia ni ser elitista”, y desde encuentros como este es posible trasladar su mensaje a la sociedad.

La siguiente sesión tendrá lugar el próximo 29 de marzo, también en el Salón de Actos del Rectorado. En esta ocasión será moderada por el catedrático de la Universidad de Córdoba Octavio Salazar, y contará con la presencia de Soledad Murillo, socióloga y exsecretaria de estado de igualdad, y Blanca Rodríguez, profesora de Derecho constitucional de la Universidad de Sevilla, que dialogarán sobre el tema: “De los pactos de caballeros a la democracia paritaria”. El ciclo se desarrollará en siete sesiones mensuales a lo largo de los meses de marzo a diciembre de 2023.

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