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Martes, 12 de Abril de 2016 17:55

Javier de Lucas: 'El acuerdo UE-Turquía es una quiebra del derecho y alcanza al corazón del proyecto europeo'

G.C. -A.M.
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El catedrático de Filosofía del Derecho examina las relaciones entre el “Mediterráneo y Europa” junto al dirigente palestino Shtayyed y el escritor paquistaní Tarik Ali

 El catedrático de Filosofía del Derecho Javier de Lucas lanzó ayer severas invectivas contra el acuerdo firmado entre la UE y Turquía, que representa, de hecho, la expulsión de cientos de miles de refugiados sirios que se han adentrado en suelo europeo huyendo de una guerra civil que ya dura 5 años. “Este acuerdo”, afirmó De Lucas, “es una quiebra del derecho y alcanza al corazón del proyecto europeo, que, si tiene sentido, es como comunidad de derechos”.



En la segunda mesa redonda del congreso “Córdoba, ciudad de encuentro y diálogo”, que se celebra en el Rectorado bajo el patrocinio de la Universidad de Córdoba y la Universidad Internacional de Andalucía, Javier de Lucas calificó de “Waterloo para Europa desde el punto de vista moral y ético” la política migratoria desarrollada por Bruselas para hacer frente a la crisis de refugiados. “La construcción europea debe mucho al Mediterráneo”, recalcó, “y lo que está haciendo Europa es negar las culturas del Mediterráneo, que hoy está usando como un contenedor de deshechos”.

La intervención de De Lucas se centró íntegramente en el acuerdo suscrito entre la UE y Ankara, para el que tuvo palabras particularmente duras. “Han convertido el Mediterráneo en una cloaca”, clamó, “y eso no es lo más grave”. “Aquí”, prosiguió, “yacen los principios europeos porque estorban a los intereses de los amos de Europa”. Y agregó: “Las imágenes de la vergüenza de las deportaciones ilustran este escenario de residuos”.
El catedrático y especialista en movimientos migratorios aseguró que se estaba produciendo un “proceso de vaciamiento del derecho de asilo” y citó a Dinamarca como ejemplo “asombroso” de “mercantilización” después de que su Parlamento aprobara un impuesto especial para los refugiados políticos. “Europa evoluciona hacia atrás”, sentenció De Lucas, “hacia un bazar turco donde las vidas se compran y se venden”.
Sus dos acompañantes de mesa se centraron en la cuestión palestina. El dirigente de la Autoridad Palestina Mohammad I. Shtayyed analizó pormenorizadamente la situación de la maltrecha negociación con Israel. “Si los palestinos reconocemos a Palestina como un Estado judío estaremos reconociendo el sionismo y nos convertiremos nosotros en ocupantes y ellos en habitantes originarios”, explicó.

Según los datos que proporcionó, en toda el área palestina israelí existen hoy 6,3 millones de judíos y un número similar de palestinos. Con una tasa de crecimiento palestino del 3,8% y judío del 2,1%, en 2020 la población árabe superará el 53%. En ese escenario futuro, describió Shtayyed, el Estado de Israel se deslizará hacia un régimen de “apartheid”. El dirigente palestino abogó por un marco de negociaciones multilateral y se refirió a la iniciativa francesa como la penúltima posibilidad de alcanzar un acuerdo de paz. “No podemos permitir que transcurran otros 20 años de negociación”, avisó. “Y si la iniciativa francesa fracasa, espero que toda Europa reconozca a Palestina con las fronteras de 1967”, señaló.
El escritor e historiador paquistaní Tarik Ali alertó sobre el hecho de que las colonias israelíes avanzan sobre territorio palestino cada año, lo que indica, agregó, que lo que persigue Israel es “destruir Palestina”. Ali defendió la conveniencia de intensificar la campaña de boicot comercial y desinversiones en Israel como el modo más eficaz de empujar a Tel Aviv a la mesa de negociaciones.

El modelo tunecino a la democracia
La última mesa redonda de la jornada de ayer abordó “La experiencia democrática tunecina”. La profesora de Sociología franco tunecina Sophie Bessis y el presidente de la Liga Tunecina de Derechos Humanos y Premio Nobel de la Paz 2015 Ben Mouusa desgranaron el único proceso de transición democrático árabe que se ha mantenido en pie tras las revueltas civiles de 2011. Bessis relató la pugna entre el islamismo moderado y las fuerzas laicas por redactar una constitución que consagrara la separación de religión y política. En este sentido, la profesora de sociología fue tajante: “La secularización en Túnez ha perdido enteros en los últimos treinta años”. Ben Moussa puntualizó que la sociedad tunecina “no es fanática” y las religiones pueden convivir en el país. “Si la democracia en Túnez fracasa, engendrará terrorismo y emigración clandestina”.