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Jueves, 21 de Abril de 2016 09:21

Las personas mayores se caen más a mediodía en su vida cotidiana y de madrugada en los hospitales

Antonio Martín
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Pablo López posa junto a su tesis doctoral Pablo López posa junto a su tesis doctoral

Un trabajo de investigación realizado desde la Universidad de Córdoba constata la existencia de patrones temporales en las caídas, lo que puede ayudar a prevenirlas


Puede ser a causa de un tropiezo de forma espontánea o por otros motivos, pero las caídas son más peligrosas de lo que parecen a simple vista. Después de los accidentes de tráfico, son la causa de muerte accidental que afecta a más personas, según la Organización Mundial de la Salud, la primera en la tercera edad. Una tesis doctoral defendida en la Universidad de Córdoba ha observado que las caídas se ajustan a variaciones temporales, existiendo periodos horarios en las que suceden con mayor frecuencia y que los picos de incidencia son diferentes dependiendo del lugar donde se encuentre la persona mayor. Conocer cuándo ocurren puede ayudar a establecer políticas preventivas, especialmente en entornos hospitalarios y asistenciales.

Así lo refleja la tesis doctoral defendida por Pablo López y dirigida por María Aurora Rodríguez Borrego. “Hasta ahora no se han establecido medidas preventivas ajustadas al tiempo en las caídas, y es necesario implementarlas, porque un tercio de las personas mayores de 65 años se caen anualmente”, explica López. El riesgo de caída se incrementa con la edad, ya que uno de cada dos personas mayores de 80 años cae al año y las consecuencias son en muchas ocasiones severas, como la fractura de cadera. López se fijó en la temporalidad de las caídas, una variable hasta hora poco estudiada, y la analizó cronobiológicamente en dos entornos diferentes en los que puede estar un anciano: su domicilio o un hospital.

Hospital y hogar
En un estudio en el que también participó la Universidad de Ferrara (Italia) y financiado con una beca de la Fundación Mapfre, se estableció la existencia de patrones temporales en las caídas. En los hospitales, donde la persona mayor por algún problema de salud, las caídas suceden con mayor frecuencia de madrugada. La razón parece estar en las necesidades fisiológicas. A partir de las cinco o seis de la madrugada, los pacientes ingresados de edad avanzada acuden al servicio y, por el camino, los obstáculos y la disminución en el estado de alerta les hacen caer al suelo.

En su vida cotidiana, sin embargo, los mayores caen por otras causas y durante otras horas. Este colectivo presenta mejor estado de salud y, generalmente, es más independiente. Por eso, las caídas se concentran a mediodía, hora en la que suelen hacer tareas del hogar como la comida o la limpieza. No obstante, Pablo López ha observado que los nuevos hábitos de las personas de más de 65 años están llevando a un cambio también en el reloj biológico de las caídas. “Los mayores salen ahora más de casa a actividades de ocio, especialmente por las tardes, lo que conlleva que también puedan aparecer caídas a esas horas”, considera.

“Gracias a conocer este patrón temporal, se podrían establecer políticas preventivas más integrales, especialmente en el ámbito hospitalario”, explica el investigador. Esto se denomina cronoprevención, y consiste en un abordaje preventivo ajustado al tiempo en el que suceden estos eventos. Por ejemplo, si en un hospital las caídas suceden de madrugada, cuando el personal de enfermería es más inferior en número que en turnos diurnos, harían falta incrementar las tareas de vigilancia.

Antecedentes
Ya se conocía la existencia de otros patrones temporales en otras condiciones clínicas como en enfermedades cardiacas, vasculares y respiratorias agudas.



No en vano, estamos programados por un reloj interno y nuestro cuerpo reacciona según la hora del día en el que estemos. Por ejemplo, al ponerse el sol se inicia la secreción de melatonina, hormona que controla el ciclo del sueño. Esta variación de comportamientos sucede en otras frecuencias de tiempo, como el día de la semana o la estación del año. En los hombres, la testosterona se incrementa en otoño, lo que hace que incremente el deseo y la frecuencia del acto sexual. Un estudio ha asociado este incremento de la testosterona al aumento de nacimientos nueve meses después, en julio y agosto, en Estados Unidos.

Para llegar a estas conclusiones, el investigador ha analizado cronobiológicamente registros hospitalarios y de Atención Primaria de España e Italia y ha entrevistado al personal sanitario en grupos focales.

López-Soto PJ, Manfredini R, Smolensky MH, Rodríguez-Borrego MA. ‘24 hour pattern of falls in hospitalized and long-term care institutionalized elderly persons: A systematic review of the published literature’. Chronobiol Int. 2015 May 32 (4):548-56. doi: 10.3109/074220528.2014.987295

López-Soto PJ, Rodríguez-Borrego MA, De Giorge A, Fabbian F. ‘Could a Chronobiological Approach have a Role in Falls Prevention?’ SM J Public Health Epidemiol. 2015 1(1):1005