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Viernes, 16 de Septiembre de 2011 13:24

Alertan del aumento de las alergias por el uso de especies exóticas en el paisajismo local

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El número de alérgicos va en aumento El número de alérgicos va en aumento
El incremento de las alergias al polen en el entorno urbano parece ser una realidad refrendada por los datos de las administraciones sanitarias. Cada  primavera, los expertos de la Sociedad Española de Alergología advierten desde los medios de comunicación de los efectos del polen sobre la población alérgica que va en aumento. A menudo se apunta a la contaminación atmosférica como una de las causas de ese incremento, pero no como origen único. El cóctel explosivo que padecen los alérgicos con la llegada del buen tiempo se “cocina” con muchos ingredientes.
La revista Aerobiología revela en su último número una de esas causas, hasta ahora poco estudiada. Se trata del uso de especies exóticas en el paisajismo urbano, contra la que alerta un estudio realizado por las investigadoras del Departamento de Biología Vegetal y la Red Española de Aerobiología Carmen Galán y María José Velasco. En su investigación realizan una comparación entre los niveles de polen en dos ciudades similares en clima, pero diferentes en el uso de la flora ornamental de sus calles. Córdoba y Ascoli Piceno, en la costa adriática italiana, y concluyen que en la primera no se ha sabido conjugar adecuadamente la creación de nuevos espacios verdes con las salubridad de los mismos.
Las investigadoras han constatado un excesivo uso de especies americanas y asiáticas, de pólenes más alergénicos, en detrimento de la flora autóctona, algo común en la ciudad italiana. Concretamente, el estudio advierte de un uso abusivo del ciprés y del plátano de sombra, que emiten cantidades importantes de polen. Hablan también las investigadoras de que la expansión urbana que ha generado zonas periféricas con paisajes “uniformes, monótonos, sin personalidad propia”, así como una pérdida de la biodiversidad importante. Por eso, recomiendan a los paisajistas municipales controlar aspectos relacionados con su condición alergénica a la hora de diseñar los espacios verdes de una ciudad.