Miércoles, 08 de Abril de 2015 09:19

Tercera sesión del Máster de Educación Inclusiva dedicada a “Las competencias interculturales y gestión de la diversidad en destinos turísticos de éxito”

G.C.
Califica este artículo
(0 votos)

El día 6 de abril tuvo lugar en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Córdoba la intervención del profesor Manuel Rivera Mateos, Secretario de la Cátedra Intercultural de la UCO y Doctor en Geografía e Historia, dentro del Módulo de “La ciudad como espacio de convivencia intercultural” del Máster de Educación Inclusiva. El ponente fue presentado por la Decana de la Facultad e introdujo la exposición el profesor Luis Rodríguez.

El desarrollo de la sesión ha pretendido aplicar los principios y los objetivos de la educación inclusiva a un ámbito extraescolar y económico como es el sector turístico y más concretamente en el contexto geográfico de ciudades como Córdoba que quieren posicionarse en los mercados turísticos nacionales e internacionales. En esta ocasión se ha subrayado cómo la gestión de la diversidad y de las relaciones interculturales turistas-anfitriones exige de una serie de competencias, visiones y estrategias específicas para asegurar su sostenibilidad. Y en este punto dicha gestión es si cabe mucho más necesaria en el caso de la ciudad de Córdoba, que pretende consolidarse como ejemplo antológico de ciudad turístico-cultural de primer orden, que además basa su imagen internacional en haber sido paradigma histórico de convivencia entre culturas.


Se señaló en esta intervención que la educación inclusiva, cada vez más, se ocupa de aportar respuestas pertinentes a toda la gama de necesidades educativas en contextos pedagógicos no solamente escolares sino también extraescolares. Y teniendo en cuenta que su propósito es conseguir que los docentes y los alumnos asuman positivamente la diversidad y la consideren un enriquecimiento en el contexto educativo, en lugar de un problema, puede comprenderse también la importancia que puede tener –en cuanto a sus estrategias, objetivos, enfoques y competencias- para el desarrollo sostenible de una actividad económica de tanta trascendencia actual como es el turismo. De hecho su éxito en muchos destinos depende precisamente  de la adecuada gestión de una demanda turística diversa y fragmentada entre públicos de muy diversa naturaleza cultural, religiosa, sociodemográfica, racial, de género y de costumbres, de procedencia rural o urbana, tendencia sexual, de comportamientos y hábitos, etc.

El turismo –se recalcó también- es una extraordinaria fuente de generación de riqueza, de esparcimiento y adquisición de conocimientos, pero también puede ser un magnífico instrumento de intermediación y contacto cultural, como catalizador de relaciones sociales, económicas y culturales entre los turistas de países emisores y las poblaciones anfitrionas y de valorización de las culturas autóctonas. Pero también puede distorsionar la vida de los pueblos y afectar a su medioambiente y su cultura; de aquí la necesidad de buscar alternativas para reforzar lo nacional y lo autóctono, pero manteniendo la aproximación entre culturas y el respeto hacia todas ellas.


La inteligencia, la ética humana y la educación inclusiva e intercultural han de determinar uno u otro camino y asegurar que el desarrollo turístico se encuadre dentro de los principios y cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (Naciones Unidas, 1948), evitando el menoscabo de la dignidad humana de los individuos. Además ha de asegurarse un desarrollo responsable y sustentable del turismo que garantice la equiparación de oportunidades para incrementar y facilitar el acceso de más personas al disfrute del turismo y las vacaciones.

En este sentido hay que subrayar que el turismo es hoy concebido como un derecho de las personas y debe ser ejercido con criterios de sustentabilidad y que cualquier discriminación que limite o impida el acceso al mismo a personas o colectivos menoscaba la condición humana. Las ofertas de ocio que incluyen a la diversidad como un valor primordial aumentan, además, su propia calidad integral y acrecientan sus posibilidades de ampliar su cartera de clientes y los diferentes perfiles de cada segmento de mercado. Y cuando se habla de calidad turística se habla también de las características que los productos y servicios turísticos han de poseer para satisfacer las expectativas, requerimientos y necesidades, ciertamente diversas, de los clientes. Cuando el producto final puede consumirse con autonomía, seguridad, comodidad y satisfacción por cualquier persona, con las debidas adaptaciones a sus particularidades, y es plenamente accesible, casi ha cumplido ya los requisitos de calidad.

Siguiendo estas argumentaciones iniciales se hizo una exposición amplia de cuáles son los principios y los retos del nuevo “turismo responsable e inclusivo” en ciudades como Córdoba, partiendo de algunas declaraciones internacionales como el Código Ético del Turismo o la Declaración de Cape Town, la identificación de las competencias interculturales y de gestión de la diversidad que deberían asumir los agentes locales, públicos y privadas, con incidencia en la actividad turística urbana y el estudio de casos concretos donde deben de aplicarse referidos a segmentos turísticos emergentes como el turismo chino, el turismo halal, el turismo judío o el “slow travel”.