Jueves, 15 de Noviembre de 2018 19:54

Dos investigadores del Real Instituto Elcano anticipan un futuro de conflictos e incertidumbre en el sur de Europa en una mesa redonda de la Cátedra Unesco

G.C - A.M.
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De izquierda a derecha Haizam Amirah, Manuel Torres y Félix Arteaga durante la mesa redonda De izquierda a derecha Haizam Amirah, Manuel Torres y Félix Arteaga durante la mesa redonda G.C/A.M.

“El Mediterráneo está perdiendo la centralidad mundial que tenía hasta no hace mucho porque se está produciendo un desplazamiento del centro político”, ha argumentado esta tarde Félix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano, que ha participado junto con Haizam Amirah en una mesa redonda organizada por la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba. “Lo latino y lo euroárabe era central y lo que ahora pasa incluso en el Atlántico no es ya decisivo”, subrayó Arteaga.

El investigador del Instituto Elcano dibujó un panorama del Mediterráneo futuro sometido a incertidumbres e inestabilidades muy difíciles de prever. “Los valores, los códigos, la cultura a la que nos aferrábamos como identidad regional se va licuando y lo que nos vertebra hoy cada vez es menor y fluctuante, lo que pone en peligro nuestros pilares”, declaró. La mesa redonda ha tenido lugar en el antiguo Rectorado de la UCO y, bajo el título de “El Mediterráneo que viene: fracturas y desafíos”, ha sido presentada por Manuel Torres, director de la Cátedra Unesco.

Los cambios se van acelerando en todos los planos humanos, describió Arteaga. En lo económico, dijo, la globalización está modificando la forma en que trabajamos y se nos viene encima un futuro de “disrupción tecnológica colosal”. Y avisó: “Esa desregulación, esa nueva percepción del mercado, tienden a generar desigualdad. Las clases medias están desapareciendo y se extiende el miedo”. En ese escenario, la gente está dispuesta a “ceder libertad a cambio de seguridad”.

Félix Arteaga también puso en duda que las misiones militares desplegadas en los últimos años con el objeto de estabilizar los países de Oriente Medio y el norte de África hayan logrado su propósito. “Está habiendo problemas para reconstruir los estados”, reconoció citando expresamente el caso de Libia. Y lanzó algunas preguntas al aire: “¿La UE continuará o desaparecerá? ¿Arabia Saudí e Irán seguirán enfrentados? ¿Puede Turquía abandonar la OTAN? ¿Asumirá China un rol protagonista en el Mediterráneo? No son escenarios impensables”.

Haizam Amirah, por su parte, centró su análisis en el mundo árabe. Según dijo, los indicadores de desarrollo humano en este área del mundo “son muy inferiores a su potencial”. Esa situación evidente de desequilibrio desembocó, en su opinión, en las “revueltas antiautoritarias” o primaveras árabes, que llevaron hace casi ocho años a la caída de regímenes que se creían hasta entonces inamovibles.

Amirah asegura que se están produciendo cambios profundos en el mundo árabe. El primero de ellos está relacionado con una revolución demográfica acusada. Dos terceras partes de la población árabe es menor de 30 años y muchos de ellos están llegando ya a la edad del mercado laboral con la consiguiente frustración ante el alto desempleo. También destacó el experto la irrupción de lo que llamó la “revolución femenina” con el acceso de miles de mujeres a ámbitos de proyección pública. “Hay países árabes donde ya hay más mujeres que hombres en la universidad. Se están cambiando los roles y la realidad de las jóvenes de hoy no tienen ya nada que ver con la de sus madres”.

Finalmente, Haimza Amirah destacó la revolución tecnológica como factor de cambio indiscutible. Citó la aparición de canales de televisión vía satélite en los países árabes a principios del siglo XXI como elementos dinamizadores desde el punto de vista de la información y también el papel esencial de internet en las movilizaciones sociales de los últimos años.