El carácter polémico del logos heraclíteo

Francesc Casadesús Bordoy
Universitat de les Illes Balears

De una primera lectura de los fragmentos heraclíteos se percibe una destacada presencia del lenguaje polémico con claras expresiones de carácter bélico. El objetivo de esta ponencia es analizar el alcance y el significado de esta terminología en el pensamiento filosófico de Heráclito. En este contexto, se debe resaltar, en primer lugar, que la utilización por parte de Heráclito del lenguaje guerrero resulta coherente con su propia concepción de la estructura harmónica del cosmos, consecuencia de la tensión de fuerzas opuestas y hostiles que garantizan su estabilidad. De este modo, consciente de que el equilibrio cósmico depende de la oposición de los elementos que lo conforman, Heráclito postuló la guerra y la disputa como el principio motor que dinamiza el universo. Dos fragmentos bien conocidos aluden directamente a la posición hegemónica de la guerra, polemos, y la disputa, eris, en la generación y jerarquización de los seres:

  • Necesario es saber que la guerra es común; la justicia, disputa, y que todo acontece por disputa y necesidad (DK B 80).
  • La guerra de todos es padre, de todos rey; a unos los señala como dioses, a otros, como hombres; a unos los hace esclavos, a otros, libres (DK B 53).

La noción de que todo sucede según guerra y disputa sintetiza, en definitiva, un aspecto esencial del Logos de Heráclito: que la harmonía cósmica resulta de la tensión de los opuestos. Aristóteles en la Ética a Nicómaco resaltó este rasgo polémico del logos heraclíteo: "Heráclito dice "lo opuesto es conveniente", "la harmonía más hermosa procede de los opuestos" y "todas las cosas se producen según la disputa". Es precisamente esta concepción belicista la que indujo a Luciano, en su habitual tono jocoso, a calificar a Heráclito como "un hombre no pacifista".

Sin embargo, la noción del conflicto como motor que dinamiza el cosmos, tiene un antecedente en la poesía homérica en la que los héroes, impulsados por su espíritu o thymos individualista, pugnan por sobresalir, por su carácter noble y aristocrático (esthloi, agathoi), sobre la masa de hombres viles y cobardes (deiloi, kakoi). Esta actitud, cantada para la posteridad por el epos homérico, fue transformada en un logos polémico, propio del nuevo héroe filosófico, encarnado ahora por la figura del propio Heráclito y que determinará su actitud de severa crítica a los demás hombres que, sumidos en la más vil de las ignorancias, se muestran incapaces de captar que el logos polemikos rige todas las cosas.