¿Escépticos o médicos? ¿Existe una escuela escéptica?

Ramón Román Alcalá
Universidad de Córdoba
Córdoba, 11 de marzo de 2011

La filosofía griega tiene una historia continua. La muerte de Alejandro no produjo ninguna revolución intelectual, es más los pensadores helenísticos se colocaron ellos mismos en la tradición de Tales y Sócrates. Pero después de Aristóteles el énfasis cambió, la filosofía helenística –en sus alcances, sus objetivos y su autocomprensión difiere algo de la disciplina practicada en la antiguas centurias. La filosofía se convierte en un arte de vivir. La búsqueda de conocimiento científico dejó de ser la señal de definición del filósofo. Más bien la filosofía de un hombre era algo por él vivido por, y la tarea del filósofo era un descubrir la mejor vida, enseñarla, y vivir de ello. La ética o mejor la filosofía práctica emergió como la parte rectora del individuo o sujeto.

La utilidad práctica determinó el curriculum filosófico. La ética afloró al primer plano y la metafísica descendió al último. Más considerablemente, la ciencia se divorció de la filosofía y se orientó hacia la búsqueda de profesionales. La dislocación geográfica confirmó el divorcio: Atenas permaneció siendo el centro principal de filosofía, pero la ciencia emigró a Egipto, a Alexandría buscando las subvenciones financieras de los Ptolomeos.

En este contexto debemos preguntarnos por esa persistente relación entre médicos y escépticos. En los inicios los principios médicos y filosóficos no estaban separados, términos como isonomía, monarchía o dúnamis son los términos que Alcmeón utilizaba para referirse a lo que era bueno para el organismo, el equilibrio de las potencias, o malo cuando predominaba una de ellas sobre los demás. Con posterioridad Hipócrates lideró una lucha contra la intrusión de la filosofía en la medicina. La cuestión que planteaba es de qué manera llega el médico a dar el tratamiento correcto a un paciente, lo que equivalía a dilucidar la cuestión del método.

En este panorama el texto de Diógenes Laercio que muestra la sucesión de la escuela escéptica es confusa y a la vez sugerente, pues de toda la serie en puridad exceptuando a Pirrón el iniciador, filósofos con pedigrí sólo nos encontramos con Enesidemo y con Sexto (D.L. IX, 115-116), el cual comparte su profesión con la de médico empírico. El resto son médicos reconocidos como tales, y a no ser que los médicos formen la escuela escéptica, será más verosímil hablar de escuela médica en la que se insertan algunos filósofos calificados como escépticos. El otro texto que pone en relación a escépticos y médicos es más evidente, es de Sexto (H.P.I, 236-238) y da por supuesto que algunos identifican la filosofía escéptica con la corriente empírica de la Medicina, pero él no disiente de la identificación entre escépticos y médicos, sino entre escépticos y médicos empíricos, asimilando mejor la filosofía escéptica a la corriente de los médicos metódicos.