La industria química será el principal beneficiario de un procedimiento que permite obtener un nanomaterial a partir de este residuo agrícola 

El grupo de investigación NANOVAL (FQM – 383) del Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Córdoba suma una nueva patente a los más de 100 inventos que la institución atesora desde 2015. El invento, en esta ocasión, se trata de un método que permite obtener dióxido de silicio de alta porosidad (biosílice mesoporosa) y aplicarlo como soporte para nanocatalizadores que se utilizan para desencadenar diferentes tipos de reacciones orgánicas. 

El matiz revolucionario de este proceso reside en que se obtiene el biosílice a partir de la cáscara de arroz, un residuo agrícola que contiene hasta un 20% de peso en sílice. La cáscara de arroz es un subproducto de la biomasa que se deriva de la molienda de arroz, por lo que permite valorizar esa biomasa, que en 2012 representó una cantidad de entre 148 y 185 millones de toneladas en el mundo.

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El proceso emplea microondas como método de calefacción 

La producción de biodiésel como alternativa a los combustibles fósiles se ha incrementado de forma exponencial a lo largo de los últimos años debido a sus beneficios medioambientales. Sin embargo, la fabricación de este biocombustible genera glicerina como subproducto. Por cada tonelada de biodiesel, se producen 100 kg de glicerina, y el problema de esta glicerina es que tiene pocos usos directos debido a su elevada concentración de impurezas. 

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