La hormona FGF23 nace en el hueso con la finalidad de comunicar al riñón que debe depurar el exceso de fósforo.

Los riñones de las personas que sufren de enfermedades renales no depuran bien. Por eso se produce una acumulación de esta hormona. Esta acumulación afecta al sistema cardiovascular y al corazón. 

Los investigadores Cristian Rodelo, Alejandro Martín Malo y Mariano Rodríguez del IMIBIC, la Universidad de Córdoba y el Hospital Universitario Reina Sofía han buscado cómo reducir la alta concentración de esta hormona.

Han descubierto que se puede reducir la hormona con una dieta baja en fósforo y un medicamento que capta el fósforo antes de que el cuerpo lo absorba.

En la investigación también se diferencia entre las peculiaridades de la hormona entera (intacta) o fragmentada (c terminal). Dedicar un tratamiento diferente a cada una mejorará la efectividad de la solución.

Ahora solo queda estudiar cómo este tratamiento mejora la vida del paciente a largo plazo.

 

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