La intervención del Consejero de Universidades fue lamentable y patética en su comparecencia, la pasada semana, ante la sede del Parlamento Andaluz. El Consejero exaltó sin crítica alguna, el comportamiento del gobierno andaluz con las Universidades, tras sustraerle 135 millones, entre otras medidas contrarias, y atacó y descalificó abiertamente a los Rectores, por defender la autonomía universitaria y oponerse a los recortes. Todo ello, con muy dudosas afirmaciones, si no falacias, sobre su gestión y la de su gobierno con las Universidades Públicas de Andalucía.
La venganza como línea política, por las críticas expresadas por los Rectores, denota el tipo de gobierno que tenemos en Andalucía, que transforma la política en un combate personal para destruir a todo el que le critique. Los 135 millones de los recortes, que aparece como manifestación de su odio a lo público, en particular a las universidades, ha ido dando lugar a otras venganzas, como la imposición de las clases no presenciales en la Universidad de Granada, medida que provocó su absoluto rechazo por toda la comunidad universitaria.
También aquí, ha utilizado el mismo tono de venganza, con sus declaraciones a los medios de comunicación contra la Rectora de la Universidad de Granada. El mismo comportamiento descalificador que han tenido desde el gobierno andaluz contra el Rector de Sevilla por sus declaraciones contra los recortes.
La intervención del Consejero ante el Parlamento Andaluz ha sido, más bien, una retahíla de justificaciones y búsqueda de culpables ajenos ante la incompetencia propia, e incluso de ataques y descalificaciones personales, que no hablan muy bien de su perfil ético y estético.
Las críticas parecen que no las asume demasiado bien, que prefiere comportarse ante ellas con un berrinche infantil. Cuando ataca a los Rectores, ataca a las Universidades Públicas de Andalucía, porque son sus representantes elegidos democráticamente, que cuando actúan manifiestan la voz de toda la Universidad que los eligió.
Por eso, y para evitar males mayores, que se anuncian por el camino emprendido por el Consejero, por incompetencia repetida y manifiesta, desde FeSP UGT Andalucía reiteramos la exigencia de dimisión que presentamos el día 1 de junio.