El estudio ha permitido detectar hasta tres tipologías de turistas que asiste a la Cata:
1.- Turista enogastronómico: cuyo motivo principal es visitar la singularidad del destino, catar diferentes clases de vino, degustar los productos gastronómicos de la tierra y aprender de la cultura del vino (este segmento es el más numeroso con el 42,4% de la muestra).
2.- Turista hedonista-social: que tiene como motivo principal es romper con la rutina y simplemente divertirse (29,3% del tamaño de la muestra).
3.- Turista con otras motivaciones: que no se relaciona claramente con ninguna motivación concreta (28,3% del tamaño de la muestra).
La segmentación obtenida revela la existencia de un turista enogastronómico, dentro del turista cultural, cuya importancia tiende a crecer, siendo una alternativa al modelo turismo tradicional de la ciudad. Autoridades públicas y empresas no deben permanecer ajenas a este tipo de turista, el enoturismo es un mercado emergente.
Los turistas valoraron de manera muy positiva su experiencia en la Cata del Vino. El grado de satisfacción fue alto, un 4,2 de media (sobre 5 puntos). Además, un 40,1% de expresaron una plena satisfacción (5 puntos). Atendiendo a la tipología de turista, el enogastronómico, es el segmento que declara mayor satisfacción (4,5 sobre 5 puntos). A su vez, es el grupo de mayor renta disponible, por lo que su impacto económico es innegable en el doble sentido de turista de calidad y potencial consumidor de los caldos montillanos.