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Jueves, 21 de Julio de 2005 15:21

Corduba 05. Lucena: El 1% de los bañistas sufre cada año una lesión medular en las playas o las piscinas

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Cada año, se producen lesiones medulares en personas que, bien en la playa, bien en las piscinas o en los pantanos, se tiran de las rocas de cabeza o se golpean con trampolines, bordillos y fondos poco profundos. Tanto es así, que, según Juan Antonio Díaz, fisioterapeuta y profesor de Fisioterapia en la Universidad de Sevilla, un 1% de los bañistas terminan sufriendo algún tipo de lesión medular.

Y es que los equipos de Primeros Auxilios no se limitan a tratar accidentes de menor calado que se producen en esos mismos ámbitos, como picaduras de avistas, mordeduras de culebras o torceduras de tobillo. "Nosotros debemos saber cómo actuar ante una posible lesión medular, cómo la analizaríamos, cómo se trasladaría al herido y, sobre todo, cómo no dañar más al accidentado". En ocasiones, recuerda Díaz, se coge a un accidentado de tal manera que la cabeza se le cae hacia un lado, y "al final, termina con una lesión aun peor de la que tenía".

Por esta razón, en Primeros Auxilios se están estudiando los síntomas que pueden provocar una lesión medular, su tratamiento, así como el conocimiento de una lipotimia, un síncope, un shock o un mareo y las posibles lesiones que pueden ocurrir a lo largo de la espalda en una caída. Igualmente, la prevención es un paso importante, por lo que se conoce el posible riesgo que puede existir en el entorno de una playa y alrededor de una piscina, como son un suelo resbaladizo, un bordillo o una silla mal situada.

Las lesiones cervicales tienen muy mal pronóstico, y la idea es que las personas que atiendan a los heridos "no dañemos más la lesión que éstos tienen en un principio. Eso quiere decir que si hay una lesión medular, lo mejor es no mover y luego valorar si se puede trasladarlo".
Previamente, hay que estudiar el caso para conocer si se trata de una lesión grave o leve, y eso, para unos ojos expertos es algo fácil de determinar. "Si existe un déficit motor o si no puede mover las manos, se trata de una lesión medular alta, mientras que si eso ocurre en los pies, es baja", explica el profesor Díaz. Si existe una lesión medular que implica miembros superiores e inferiores y los síntomas son hormigueos, sensación de pesadez, cosquilleo, dolores en las extremidades, déficit motor o falta de movilidad, se hablaría de una lesión medular alta.

"En estos casos, sólo se puede mover al afectado por gente que sepa lo que hace, y eso también lo vamos a aprender". Por ejemplo, desplazando a un herido entre dos o más personas, uno de ellos siempre se tendría que ocupar únicamente de la cabeza, que será el que guíe la maniobra.