JUEGOS QUE CONDUCEN A LA COMPRENSION DE LA CAPACIDAD

- Primera clase de juegos. Unidades arbitrarias de capacidad

Jugando a llenar o vaciar un gran recipiente con la ayuda de uno o varios recipientes pequeños, es como el niño adquiere su primera experiencia sobre el volumen o la capacidad. La mejor manera de hacerlo en la escuela es, sin duda, utilizando arena seca en vez de líquidos, y tomando como recipiente pequeño una taza y como recipiente grande, una jofaina o vasija. Para empezar, no hay ninguna necesidad de contar ni de anotar cuántas tazas se han llenado. Cuando la taza está llena, se vacía y se vuelve a empezar.

A continuación se puede variar el juego tomando el mismo recipiente grande, pero cambiando la taza por otra más pequeña o más grande. A través de estos juegos, y de otros análogos el niño adquiere una experiencia que le será indispensable. Por ello, los maestros tienen que procurar que cada niño obtenga su experiencia personal a partir de un número tan grande como sea posible de manipulaciones con recipientes de contenido muy diverso.

Cuando los niños se hayan habituado a estos juegos y sean capaces de contar, se les puede animar a que aprecien previamente la cantidad necesaria para llenar la jofaina, y seguidamente la cantidad de tazas que necesitar n. Se les hará comprobar sus apreciaciones de dos maneras complementarias: primero, llenando el recipiente, seguidamente, vaciándolo.

- Segunda clase de juegos. Serie de unidades arbitrarias

Para organizar esta clase de juegos, es preciso disponer de una serie de recipientes de diferentes capacidades, pero de la misma forma, a fin de facilitar la comprensión Sería de desear, en un principio, que se pudiera disponer de recipientes de cuello bastante ancho, y al propio tiempo resistentes, del tipo de las garrafas. Pero lo que m s interesa es que entre sus diferentes capacidades exista una relación sencilla e interesante. Por ejemplo, existen en Francia, en las farmacias, una serie de frascos normalizados no graduados, cuyo contenido est marcado debajo en la base. Con ellos se puede constituir una serie de seis frascos, que se etiquetarán del 1 al 6, sin indicar su capacidad métrica.

Como contenido, se puede utilizar el agua (nosotros así lo hemos hecho), pero no hay ninguna razón que impida hacerlo arena fina, arroz, o cualquier otra materia "fluida". Se tiene que preparar un embudo por cada grupo, y se señalará, con la ayuda una cinta adhesiva de color el nivel hasta el cual hay que 1lenar cada botella, pues de lo contrario los niños corren el riesgo desorientarse más tarde.

En un principio, se deja que los niños jueguen libremente con los frascos, que los llenen, que los vacíen, que los transvasen mayor al más pequeño e inversamente. Es preciso tener varios frascos de cada tamaño y muchos ejemplares de los pequeños. Cuando la actividad libre haya perdido un poco de interés, puede pedir a los niños que ejecuten determinadas tareas, concebidas de modo que les faciliten la comprensión de las relaciones que hay entre las diversas "unidades". Se les puede preguntar, por ejemplo, cuántas veces se puede poner el contenido del frasco n.0 1 en el frasco n.0 6, o inversamente, cuántos frascos n.0 1 necesitamos para vaciar en ellos el frasco nº 6. Se pueden volver a hacer los mismos ejercicios con frascos de otros calibres, y complicarlos preguntando cuál es la botella que podemos llenar por ejemplo, colocando cuatro veces el contenido del frasco nº 1 y dos veces el contenido del frasco nº 4, o bien como podemos vaciar el contenido del nº5 en dos frascos del mismo contenido, etc. Así se comprende que se pueden practicar un gran número de juegos con frascos de diferentes tamaños, que por el momento constituyen nuestras unidades arbitrarias.

- Tercera clase de juegos. Unidades arbitrarias de la misma capacidad pero de formas diferentes

Estos juegos se practican con todos los accesorios de la segunda serie, pero añadiéndoles otras "unidades" de la misma capacidad, y de formas diferentes. Por nuestra parte, con esta finalidad hemos utilizado cazuelas, botes de mermelada, platos hondos, moldes para pastelería, jarros, etc. Lo que interesa es que 105 niños lleguen a comprender que la misma cantidad de agua o de arena puede estar contenida en recipientes de formas distintas que tengan el mismo volumen que los frascos de la serie, y a los que se enumerar de la misma manera, en consecuencia. Es conveniente tener recipientes altos y estrechos de la misma capacidad que otros bajos y anchos.

Los niños empiezan por descubrir cuáles son los recipientes que tienen la misma capacidad, aunque su forma sea diferente. Por ejemplo, se les hará buscar cuáles son los recipientes que corresponden al frasco n.0 2, haciéndoles llenar este frasco con agua y vaciándolo después en otros recipientes, hasta acertar. Es interesante observar a los niños durante estos tanteos, pues generalmente creen que los frascos altos y estrechos contienen mayor cantidad de líquido que los bajos y anchos. En todos los casos, es preciso que efectúen la prueba contraria, volviendo a echar en el frasco de origen el contenido del recipiente descubierto. Como que cada botella numerada debe tener, en principio, varios equivalentes, los juegos posibles a realizar son numerosos.

Una vez "escalonados" los nuevos recipientes, los niños están dispuestos a empezar las operaciones asociando los recipientes de diferentes formas, considerados de ahora en adelante como intercambiables. Por ejemplo, se les puede pedir que llenen tres recipientes, de forma diferente, pero de la misma capacidad, utilizando el contenido del frasco nº 3, o tomar cuatro recipientes, diferentes en cuanto a la forma y a la capacidad para llenar el frasco nº 6, o una olla del nº 12, y así sucesivamente. Se observará que aquí se trata de dos problemas distintos.

Por otra parte, poco importan los juegos, a condición de que los niños tengan ocasión de hacer experimentos, con recipientes de formas diferentes y con la misma capacidad, o con recipientes en los que difiera la capacidad, pero entre los que existan relaciones bien definidas. Cuando los niños se hayan familiarizado con estos ejercicios, se pasa a los de apreciación. Se pregunta, por ejemplo, cuántas cazuelas del nº 9 se pueden llenar con dos cazuelas del n.0 4, etc. Después de la apreciación, se realiza la comprobación llenando o vaciando efectivamente los recipientes

- Cuarta clase de juegos. Presentación de las unidades legales

Como en las medidas de longitud, los niños convendrán en que, si tienen que hablar de lo que han hecho y de los resultados obtenidos con alguien que no ha asistido a la operación, hay que recurrir al empleo de unidades conocidas por todos. Se retiran, pues todos los recipiente, excepto los que contienen exactamente un litro, medio litro o un cuarto de litro, y se suprime su designación por números, dándoles de ahora en adelante su denominación oficial. Los niños se ponen a trabajar, los llenan, los vacían los unos en otros, llegando a descubrir las relaciones que existen entre ellos. (Es altamente recomendable procurar que estas relaciones las descubran por sí mismos. El maestro tiene que abstenerse de indicárselas y tiene incluso que vigilar que los niños mayores no las revelen a los más pequeños). Además, se presentan un determinado número de recipientes de grandes dimensiones y de varias formas distintas (como en el caso de las unidades empleadas anteriormente), y se vuelven a realizar los mismos ejercicios que entonces, únicamente que en lugar de hablar de frascos del nº 3 o de cazuelas del nº 6, ahora se habla de "litros", medios o cuartos. Se puede preguntar a los niños, por ejemplo, "¿Cuántos litros necesitamos para llenar esta olla?, o también, "¿Cuántos cuartos de litro podemos llenar con la botella nº 6?", etc. En los comienzos, es conveniente alinear las unidades, una vez que se hayan llenado, y contarlas antes de vaciarlas en el recipiente grande e, inversamente, cuando se quiere averiguar cuántas unidades hay en el recipiente grande, que se ha llenado con anterioridad, hay que alinear también las unidades de capacidad, llenarlas y luego contar cuántas se han llenado. M s tarde, esto ya no ser necesario, y bastar con tomar un solo frasco unidad, llenarlo y vaciarlo el número de veces que se precise, contando en voz alta y marcando unas señales, para poder luego recordar lo que se ha hecho. Dicho en otras palabras, se seguir el mismo proceso que para la medida de las longitudes.


MATEMÁTICAS ELEMENTALES EN EL CIBERESPACIO

AYUDA PARA PROFESORES: EDUCACIÓN PRIMARIA: MAGNITUDES Y MEDIDAS: MATERIALES Y RECURSOS DIDÁCTICOS

Ayuda para profesores