La agrivoltaica o uso compartido de la tierra para producción agrícola y de energía fotovoltaica, con predominancia de la actividad agrícola, contribuye al desarrollo sostenible de los sistemas productivos, la protección de la biodiversidad y a la lucha contra el Cambio Climático. Además, son múltiples las sinergias identificadas entre la agricultura y la producción fotovoltaica en este nuevo modelo dual. Así, por ejemplo, el cultivo se beneficia de la sombra de los colectores solares que los protegen de altos niveles de irradiancia solar y elevadas temperaturas, reduciendo las necesidades hídricas lo que puede resultar especialmente beneficioso en situaciones de sequía.

Además, los colectores solares también pueden proteger al cultivo de fenómenos meteorológicos adversos como el granizo, las tormentas, etc. A su vez, la humedad de los cultivos reduce la temperatura de los paneles fotovoltaicos aumentando su producción. Desde el punto de vista económico, la agrivoltaica supone una oportunidad novedosa de aumentar, diversificar y estabilizar las fuentes de ingresos para los agricultores gracias a la producción eléctrica. Finalmente, la necesidad en plantas agrivoltaicas de mano de obra tanto agrícola como tecnológica puede beneficiar a las economías de las zonas rurales. Por todo ello, la agrivoltaica se presenta como una gran oportunidad para el progreso hacia un modelo agrícola más sostenible y eficiente que fortalezca al sector frente al cambio climático y frente a la crisis económica.

De acuerdo con esto, el objetivo de este curso es presentar la tecnología agrivoltaica a profesionales (técnicos fotovoltaicos y agricultores), de manera que conozcan sus fundamentos, requisitos y ventajas, contribuyendo al despliegue de este sistema productivo dual en nuestro país.