Lunes, 12 de Noviembre de 2007 15:31

El hospital veterinario de la Universidad de Córdoba, lector oficial de las radiografías digitales que se realizan a los caballos para detectar la osteocondrosis

G.C. - C.M.
Califica este artículo
(0 votos)
El Hospital Clínico Veterinario (HCV) de la Universidad de Córdoba es desde septiembre el lector oficial de las radiografías digitales que se realizan a los caballos pura raza española (PRE) en todo el mundo para detectar si tienen osteocondrosis, una enfermedad con la que el animal que la padece no puede obtener la categoría de reproductor calificado, otorgada por la Asociación Nacional de Criadores de Caballos pura raza española (ANCCE).

En este sentido, el veterinario responsable de analizar las imágenes, Manuel Novales, explica que los caballos que acuden a las concentraciones de la ANCCE para recibir este certificado, celebradas en distintos países, deben previamente enviar sus radiografías al HCV y, antes de ser evaluados en el evento, la ANCCE recibe los informes emitidos desde Córdoba.

De este modo, las radiografías siempre deben ser digitales porque son las que ofrecen una mayor calidad, por lo que Manuel Novales explica que gracias a este requisito "el ámbito de la veterinaria está dando el salto a la radiografía digital en muy poco tiempo, se ha adelantado quizá en dos o tres años. El ritmo de compra de los equipos está siendo muy alto y es comparable a otros países europeos".


La enfermedad

Los caballos analizados tienen "un nivel muy alto", son deportivos y, según destacó Manuel Novales, la prevalencia de la osteocondrosis se sitúa entre el 20% y el 30%. La enfermedad se manifiesta con una distensión sinovial y cojera, aunque el especialista afirma que también produce "un acúmulo de líquido en la articulación que provoca un defecto estético y esto disminuye su valor". Los factores causantes pueden ser un traumatismo, la genética o la alimentición y el veterinario señala que, aunque el caballo no muere, "la enfermedad mueve mucho dinero y nombrar un caballo no apto es muy costoso para el ganadero".

Antes de comenzar la actividad de análisis, unos 60 especialistas se reunieron en el HCV para fijar un protocolo de actuación. Así, Manuel Novales apunta que las imágenes no llegan identificadas, sino con el número del microchip del caballo, para asegurar que los juicios son imparciales. Asimismo, el formato en el que se presentan no permite que se modifiquen las radiografías. Las tres articulaciones que se estudian son las consideradas con mayor riesgo: los menudillos, los corvejones, y la babilla, y Novales debe certificar que el caballo no transmitirá hereditariamente la osteocondrosis. Además, la ANCCE sólo recibe los informes de los caballos aptos, mientras que los de los no aptos sólo los conocen el veterinario que hizo la radiografía al caballo -que nunca será realizada en el HCV- y el propio ganadero.

El HCV ha estudiado desde agosto 200 caballos de España y Estados Unidos. También espera analizar los de Costa Rica y en los años posteriores los procedentes de Centroeuropa y Sudamérica. La ANCCE reúne a más de 700 ganaderos de todo el mundo y tiene presencia en más de 60 países. Por esto, Manuel Novales aseguró: "El mercado internacional es muy exigente" y "si se consigue que el sistema funcione con garantías, el HCV tendrá prestigio internacional".

P.C. ( De " Andalucía Investiga")