Impacto del ciervo sobre la vegetación leñosa

En un artículo recientemente publicado en la revista Biodiversity & Conservation, se muestra que la presencia de ciervo en altas densidades (por encima de 30 ejemplares por cada 100 hectáreas) afecta significativamente a la composición de la vegetación leñosa del monte mediterráneo. Esta situación mantenida en el tiempo puede tener importantes consecuencias para la conservación de la vegetación mediterránea en muchas zonas del suroeste de España donde el monte mediterráneo, y las formaciones adehesadas que derivan de él, suponen la vegetación dominante. El ciervo limita de modo importante el desarrollo de determinadas especies, sobre todo de aquellas que son típicas de estados avanzados en la sucesión ecológica (como labiérnago, madroño), haciendo por tanto que el monte vuelta y se mantenga en estados más tempranos en la sucesión, con plantas más pioneras (como lavándulas, romero o jaras). Las plantas de las especies más preferidas por el ciervo (labiérnago, madroño, etc) al ser fuertemente ramoneadas no pueden producir flores ni frutos, por lo que a la larga sus poblaciones no se mantienen en áreas con alta carga de ciervos. Todo ello recomienda acciones como la moderación de las densidades de ciervos (centrar la gestión en la calidad más que en la cantidad) y su adecuación a los recursos disponibles, así como el manejo adecuado de pastos y la regeneración de áreas de monte.

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