Page 26 - El Síndrome de Disfunción Cognitiva en el gato doméstico (Felis silvestris catus)
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2020
Vol. 1
 Frampton, Harvey, & Kirchner (2003) comprobaron que en humanos se han realizado estudios sobre el uso de la propentofilina para tratar enfermedades como la demencia senil y el Alzheimer, pero no hay suficientes evidencias como para determinar su eficacia en gatos. Lo que sí sabemos es que el mecanismo de acción de la propentofilina es doble; por un lado disminuye la producción de radicales libres y por otro reduce la activación de las células de glía. Además, aumenta la secreción de factores de crecimiento por parte de los astrocitos y disminuye la liberación de citoquinas proinflamatorias y la formación de precursores de sustancia amiloide (Gunn-Moore et al., 2007).
Todo esto ayudaría a una mejora de la función cognitiva general, aún teniendo que extrapolar los resultados a una especie distinta, ya que los mecanismos neuropatológicos del cerebro de los mamíferos tienen bastantes similitudes (Frampton, Harvey, & Kirchner, 2003).
La nicergolina es un antagonista a-adrenérgico que también aumenta el flujo sanguíneo a nivel cerebral, mejorando la transmisión neuronal y por tanto ejerciendo un efecto neuroprotector. También actúa como “basurero” de radicales libres e inhibe la agregación plaquetaria (Gunn-Moore et al., 2007; Landsberg, 2006).
En un estudio realizado por Azkona et al (2005) con dos perros geriátricos se evidenció que el uso de nicergolina produjo una mejoría de los signos clínicos del SDC. Según estos mismos autores, el éxito terapéutico de esta sustancia está entre el 75 y el 85%, por lo que puede ser útil para retrasar la degeneración cognitiva, recomendándose realizar el tratamiento al menos durante 30 días para que haya efectos apreciables.
Galán y Seisdedos resumen el tratamiento farmacológico de la siguiente forma: “Los tres fármacos tradicionalmente usados para tratar el síndrome de disfunción cognitiva en perros han sido la selegilina, la propentofilina y la nicergolina. Éstos tienen efectos beneficiosos en los niveles de actividad, mejorando los niveles de catecolaminas en el córtex y el flujo sanguíneo en el cerebro. La propentofilina además mejora la atención espacial y es efectiva para tratar la letargia y la depresión, mientras que la selegilina además mejora las interacciones sociales y los ciclos de sueño-vigilia. Aún así, no es posible mejorar todos los signos que recoge el DISHA usando solo éstos fármacos” (Seisdedos Benzal & Galán Rodríguez, 2016).
  El Síndrome de Disfunción Cognitiva en el gato doméstico (Felis catus silvestris)
 Cristina Ortiz Martínez David J. Menor Campos
 

























































































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