Algunas consideraciones acerca de la diferencia en Aristóteles

Jesús de Garay
Universidad Europea de Madrid
Madrid, 1 de febrero de 2002

  1. La tesis más general de mi exposición puede resumirse en dos puntos: primero, según Aristóteles ser implica siempre diferencia. Es decir, la realidad existe diferenciadamente, no existe el ser sin diferencias ni el Uno absoluto sin diferencias. Y segundo, todo saber y toda ciencia se inician con diferencias y terminan con diferencias. En resumen, no tiene sentido buscar una unidad primera a la que se reduzcan todas las diferencias, ni en la realidad ni en el conocimiento.
  2. Sin embargo, la tradición aristotélica, fuertemente influida por el platonismo romano, ha prestado escasa atención a esta afirmación central de Aristóteles. En concreto, la unidad de Dios –el Uno absoluto sin diferencias- ha sido el referente de dicha tradición, en sus diversas versiones religiosas romana, judía, cristiana o islámica.
  3. Los capítulos 1-3 del libro X y los capítulos 1 y 2 del libro XIV de la Metafísica son algunos de los lugares de los escritos aristotélicos en los que estas afirmaciones resultan más explícitas. Una de las clasificaciones más completas de la diferencia se encuentra precisamente en X-3, 1054b 13 – 1055ª 2.
  4. Posiblemente la argumentación aristotélica más concienzuda a favor de la tesis de que el ser es diferencia se encuentra en la discusión del principio de no contradicción en el libro IV de la Metafísica, principio que es relevante no sólo para el pensamiento sino también para la realidad.
  5. La mayor unidad que Aristóteles puede proponer es el conjunto de sentidos del ser, que presentan algo así como un aire de familia, pero que rechazan cualquier síntesis en una unidad superior. Las diferencias entre los sentidos del ser tienen un cierto carácter irreductible.
  6. Todas las categorías expresan diferencias. La entidad (ousía) es la categoría que establece las diferencias últimas de lo real, en tanto que diferentes identidades del ser; pero en otro sentido incluso la categoría de la relación se caracteriza por establecer una alteridad entre los términos de la relación.
  7. El acto, por otra parte, también es diferenciador: distingue, separa. Frente a la potencia, que implica universalidad e indeterminación. Lo que existe –o sea, lo que existe en acto- existe diferenciadamente.
  8. No obstante, también la potencia supone una cierta alteridad, en tanto que toda potencia es potencia de contradicción, puesto que supone siempre el poder ser o no ser. Dicho de otro modo, en la medida que la realidad es potencia, en esa medida la realidad es contradictoria, y por tanto diferenciada según la diferencia de la negación.
  9. Con relación al saber, Aristóteles afirma que el saber se inicia en la diferencia y termina en la diferencia. Adquirir saber no implica avanzar hacia la unidad sino hacia la precisión y definición de las diferencias. El programa enciclopédico del aristotelismo se funda en la convicción de que el análisis de lo real requiere recorrer una y otra vez la pluralidad de las diferencias.
  10. Al inicio del saber, hay un aparecer katà symbebekós, en el que las diferencias aparecen dispersas e inconexas. Las diferencias accidentales son enteramente reales -aun cuando no constituyan ciencia-, del mismo modo que la materia, la potencia o la falsedad son también reales.
  11. La ciencia progresa desde dicho aparecer katà symbebekós hacia un saber de las diferencias últimas del ser. Estas diferencias últimas que se buscan son las denominadas por la tradición aristotélica diferencias esenciales o substanciales. Son las diferencias que determinan la identidad –las diferentes identidades- de lo real.
  12. El conocimiento científico incluye la diferencia del tì katà tinós, esto es, la diferencia de la estructura predicativa entre el sujeto y el predicado. Al pensar el aparecer sensible, las formas sensibles quedan diferenciadas según una nueva diferencia que es la diferencia del tì katà tinós.
  13. Es decir, pensar es añadir diferencias. No es quitar diferencias o prescindir de diferencias de lo sensible, sino añadir nuevas diferencias a las diferencias de lo sensible.
  14. Estrechamente relacionada con la diferencia entre el sujeto y el predicado está la diferencia entre la causa y el efecto, o, más en general, entre el principio y lo principiado. En resumen, entender implica primeramente establecer una nueva diferencia entre un sujeto y un predicado, y en último término entre el principio y lo principiado. No conocemos la verdad si no conocemos la causa.
  15. Sin embargo, las diferencias del pensar posibilita, a su vez, más unidad, frente a la dispersión de las formas sensibles. Las diferencias del pensar unifican en tanto que articulan y ordenan: son factores de orden, pero no de anulación de las diferencias en la unidad. Nada puede pensar el que no piensa una cosa.
  16. La realidad del uno es principalmente su carácter de medida de la pluralidad, pero no el ser una substancia autosubsistente. El uno se reduce al modesto papel de ser medida, pero no debe aspirar a convertirse en el único primer principio de todas las cosas. La dificultad permanente está en determinar qué uno, qué indivisible, qué unidad real es la que ha de valer como medida.
  17. En la investigación física, la búsqueda se orienta hacia la unidad de los movimientos, esto es, hacia las diferencias últimas de la pluralidad de los movimientos. Y puesto que el fin es lo que da unidad a cada movimiento, la diferencia perfecta es un fin. Las diferencias últimas en Física son los diferentes fines del mundo físico: o sea, su orden.
  18. El número es una pluralidad mensurable por una unidad, pero dicha unidad finge una identidad que propiamente no es conocida. De ahí las reticencias aristotélicas hacia las matemáticas como expresión de la realidad, en tanto que desatienden las diferencias.
Textos de referencia

Los textos principales de referencia son Metafísica, IV-4, X, 1-3 y XIV, 1-2. En especial:

  • IV-4, 1006b 10-22.
  • IV-4, 1007a 14-20.
  • IV-4, 1007b 18-29.
  • IV-4, 1008b, 14-16.
  • X-1, 1052a 36 – 1052b 32.
  • X-3, 1054b 13 – 1055a 2.
  • XIV-1, 1087b 33 – 1088a 14.
  • XIV-2, 1088b 35 – 1089b 30.

Otros textos de la Metafísica que merecen atención:

  • I-1, 980a 26-27.
  • II-1, 993b 23-24.
  • IV-3, 1005a 22-24.
  • IV-5, 1009b 12-13.
  • V-14, 1020b 14-15.
  • V-9, 1018a 12-19.
  • VII-7, 1029b 13-14
  • VII-12, 1038a 8-9.
  • VII-12, 1038a 19-26
  • VII-13, 1039a 7.
  • VIII-3, 1043b 30-31.
  • X-4, 1055a 12.
  • X-4, 1055a 24-25.
  • X-6, 1056b 34 - 1057a 2-4.
  • X-8, 1058a 2-6.
  • XIII-10, 1087a 16-18.
  • XIV-1, 1088a 22-29.
  • XIV-4, 1091b 16-37.
  • XIV-5, 1092b 17-23.
  • XIV-6, 1093a 13-19.

Otros textos de otros lugares:

  • Segundos Analíticos, II-19, 100b 12.
  • Acerca del alma, III-6, 430b 14-15.
  • Historia de los animales, IX-1, 608ª 19-21.
  • Física, IV-14, 1020b 14-15.