Definición y Función del Paradigma en la Retórica de Aristóteles. Su relación

Maria José Martin Velasco
Coimbra, 6 de abril de 2011

En la Retórica de Aristóteles, las dos pruebas que generan persuasión son el Entimema (ἐνθύμημα) y el Paradigma (παράδειγμα). Ambas se encuentran definidas con relación a la Dialéctica: ἔστιν γὰρ τὸ μὲν παράδειγμα ἐπαγωγή, τὸ δ᾽ ἐνθύμημα συλλογισμός "el paradigma es una inducción y el entimema un silogismo". El Paradigma, como la Epagoge en la Dialéctica es la prueba que sirve para inferir una regla general a partir de distintos casos particulares, mientras que el Entimema, como el Silogismo, parte de premisas universales y llega a una conclusión particular diferente de las premisas (Arist. Rh., 1356b). Tanto la Epagogé dialéctica como el Paradigma retórico infieren una regla general a partir de casos particulares, pero difieren tanto en el modo de llegar a esa regla general como en la finalidad misma de la argumentación, ya que en la Epagogé hay que contar con un gran número de casos para poder inferir una regla, mientras que solo dos son suficientes para el Paradigma. Por otra parte, el fin de la argumentación en la Epagogé es la propia conclusión a la que se llega, mientras que en el Paradigma la regla se utiliza como una premisa general que vincula la afirmación inicial del orador al caso particular puesto de ejemplo y sirve, por tanto, para probar la verdad de tal afirmación. Las dos diferencias surgen de la propia naturaleza de ambas disciplinas, ya que la Retórica se basa en probabilidades y no procura alcanzar la verdad como ocurre en la Dialéctica. Por eso se puede sacar una conclusión general a partir de solo dos casos similares. Por otra parte, mientras que en la Dialéctica el fin es teórico, en la Retórica es práctico y por eso la generalización sólo es útil si nos sirve para demostrar algo.

El Paradigma no es, por tanto, una prueba opuesta al Entimema, sino un Entimema con dos fases, una inductiva y otra deductiva. De hecho Aristóteles habla de Entimemas διὰ παραδείγματος (Arist. Rhet. 1402b) y considera el Paradigma como una de las fuentes de las que deriva el material del Entimema, poniéndola al mismo nivel que las probabilidades (εἰκὸς), signos necesarios (τεκμήριον) y signos (σημεῖον). De este modo se puede considerar que el Entimema es la única prueba retórica y que el Paradigma es solo una parte de su estructura.

Aristóteles afirma que el Paradigma es apto para los discursos deliberativos, mientras que el Entimema lo es para los forenses, ya que en los deliberativos los oradores dan consejos sobre el futuro, mientras que en los forenses tienen que probar lo que ya ha ocurrido (Arist. Rh., 1368a). Como es más difícil persuadir sobre lo que va a ocurrir que sobre lo ocurrido, el hablante puede recurrir a los ejemplos, para predecir lo que probablemente sucederá en el futuro. Según esto, no tendría sentido recurrir al Paradigma en los discursos judiciales, pero de hecho los oradores utilizan ejemplos y este es el objeto de nuestro estudio, ver cómo, a pesar de la aparente contradicción, el uso generalizado en la retórica se ajusta a la teoría Aristotélica y en cierto modo nos ayuda a entender mejor algunas de las afirmaciones de Aristóteles.