Una investigación publicada en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos por un equipo de investigación cordobés prueba que los huecos generados espontáneamente en el ADN no son equivalentes a los producidos en su reparación, como se creía hasta ahora

Desde que el ADN fue aislado por primera vez en 1869, la comunidad científica no ha cesado en el empeño de descubrir su funcionamiento y desvelar sus secretos. A pesar de los avances realizados en este campo, aún queda camino por recorrer. Un ejemplo de ello es la investigación publicada hoy en la revista científica oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS) por un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba adscrito al Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (IMIBIC) y liderado por los catedráticos de Genética Rafael Rodríguez Ariza y María Teresa Roldán Arjona.

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