Philosophical Skepticism

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Abderite Tradition / Anaxarchus

Anaxarco1 es una figura de transición entre Metrodoro y Pirrón; también es de Abdera, o por lo menos así lo considera Diógenes Laercio y Galeno2. Según Laercio, fue discípulo de Diógenes de Esmirna, pero también afirma que, según otros autores, fue discípulo de Metrodoro de Quíos3. Esta reivindicación de una doble paternidad intelectual de Anaxarco plantea un problema para el propio Diógenes Laercio que no llega a decidirse por una de las dos hipótesis. El testimonio de Aristocles en la Praeparatio de Eusebio es mucho más claro, la línea de sucesión que presenta es la siguiente: Demócrito, Protágoras, Nesa, Metrodoro, Diógenes, Anaxarco y Pirrón. Siendo éste último compañero de Anaxarco y el iniciador del movimiento escéptico: "De Anaxarco fue compañero Pirrón, del cual tiene origen la corriente de los llamados escépticos"4.

A pesar de la pequeña vacilación de Diógenes Laercio, el lugar que ocupa Anaxarco en su obra "Las vidas" no deja dudas sobre su situación, pues lo coloca entre Diógenes de Apolonia (el cual precede a Demócrito y Protágoras) y Pirrón. Este vínculo entre Demócrito, Anaxarco y Pirrón, que viene sugerido por esta sucesión, es confirmado por Diógenes en el capítulo dedicado a Pirrón de Elis, mostrando allí una relación directa con Anaxarco: "Pirrón de Elis..., y escuchó a Brisón, hijo de Estilpón, como dice Alejandro en las "Sucesiones", y después a Anaxarco al cual siguió por todas partes" 5,e indirecta, a través de la memoria, con Demócrito, tal como dice Filón Ateniense: "Y por otra parte,  Filón Ateniense, que era su amigo, decía que se acordaba mucho de Demócrito".6.

Según Decleva Caizzi la relación entre Pirrón y el filósofo Anaxarco ocupaba un espacio importante en la biografía de Antígono de Caristo aunque no sabemos cuáles eran los argumentos en los que basaba su relación7. Diógenes Laercio la establece en el viaje que los dos emprendieron en el séquito de Alejandro. En ese viaje por Asia destacamos el encuentro que tuvieron con los magos y los "gimnosofistas" indios8; influencias que le llevaron, tal como dice Ascanio Abderita, a la introducción en la filosofía griega de los conceptos de "inaprehensibilidad" y "suspensión del juicio"  de clara influencia oriental: "Y de modo que llegó a tener contacto con los gimnosofistas en la India y con los magos; donde parece haber cultivado la más noble filosofía, introduciendo el concepto de inaprehensibilidad y de suspensión del juicio (τὸ τῆς ἀκαταληψίας καὶ ἐποχῆς), como dice Ascanio Abderita"9. Este vínculo produce que en algunos textos Anaxarco sea clasificado entre los precursores del escepticismo. Por ejemplo, Galeno lo describe junto a Zenón y Pirrón como uno de los escépticos: "Por otro, escépticos, como Zenón de Elea, Anaxarco de Abdera y Pirrón, de quien se conoce con exactitud que utilizaba mucho la aporética"10.

En este sentido, el testimonio de Sexto es definitivo, ya que lo coloca junto a Jenófanes, Protágoras, Metrodoro, Monimo y otros más11, como uno de los que rechazan el criterio de verdad. Las razones para este juicio están apoyadas en un argumento muy utilizado por Anaxarco. Sexto cuenta que estando Anaxarco junto a su amigo Monimo comparando las cosas existentes con una escena pintada, llega a la conclusión de que las impresiones experimentadas en ella eran muy parecidas a las del sueño y la locura; y que no existe, por tanto, un criterio de verdad que pueda distinguirlas sin posibilidad de error: "Metrodoro, Anaxarco e incluso Monimo rechazaron  el criterio... En efecto, Anaxarco y Monimo porque comparando las cosas existentes con una escenografía supusieron que éstas eran parecidas a las que nos asaltan en el sueño y la locura"12.

Según von FRITZ, este texto es un comentario, una simple ilustración de la doctrina de Demócrito sobre la subjetividad de las cualidades sensibles13. No hay que olvidar, no obstante, que tradicionalmente la pintura ha sido considerada como un arte de ilusión, como una «engañifa». El autor anónimo de los Dissoi Logoi, por ejemplo, recurre a esta idea cuando dice que en la pintura el que mejor domina esta téchnē es aquel que sabe engañar (exapatân) haciendo cosas que son para la mayoría semejantes a la verdad (hómoia... toîs alēthinoîs poiéōn)14.
Este juicio para rechazar el criterio puede tener dos lecturas:

  1. Desde la consideración de que las opiniones de los hombres no pueden fundamentar ningún criterio de certeza. 
  2. Desde la tesis de la inexistencia de un criterio de verdad que sirva de guía al conocimiento para distinguir las impresiones falsas de las verdaderas.

A nuestro parecer, el texto sobre Anaxarco refiere más el segundo sentido que el primero. Ya que dice que existe cierta imposibilidad de distinguir las impresiones entre sí, ya sean éstas referidas a las cosas existentes o referidas a las que tenemos durante el sueño o las que puede tener una persona en una situación de locura. Estamos ante la línea crítica, iniciada por Demócrito, contra el conocimiento sensible, considerando la realidad fenoménica como un mundo de imágenes, de fantasmas similares a los del sueño.

Las dos lecturas tienen entre sí diferencias sólo de matiz y adelantan una tendencia hacia el escepticismo en lo que se refiere a la incapacidad de los hombres de encontrar una guía segura mediante la cual poder distinguir las opiniones falsas de las verdaderas. Esta actitud contrasta, igual que en Metrodoro, con los principios de su teoría física. Se dice que Anaxarco fue seguidor de Demócrito en sus opiniones sobre la naturaleza (Plutarco y Valerio Máximo, por ejemplo, nos ofrecen un testimonio según el cual Anaxarco explicaba las teorías de Demócrito sobre la infinitud de los mundos a Alejandro15).

A pesar del débito con el atomista, no es menos cierto que en lo que se refiere a la ética Anaxarco difería de Demócrito, pues declaraba que la felicidad es la más alta meta de nuestros esfuerzos; de ahí que, por la tranquilidad, por la moderación de su carácter y por la buena disposición que mantenía en la vida cotidiana fuese denominado feliz: "Por la tranquilidad y la buena disposición (ἀπάθειαν καὶ εὐκολίαν) de su vida era llamado "Feliz" (Εὐδαιμονικὸς)16.

Esta actitud, muy relacionada con la concepción que tiene de la vida práctica, constituye  el objeto fundamental de su filosofía. A este respecto dice Dal Pra que Anaxarco ha seguido y acentuado el contraste que existe en la posición de Demócrito entre un objetivismo físico y un subjetivismo moral, entre el universalismo de la razón cognitiva y el individualismo de la razón práctica17. Por eso, Robin18 considera que Anaxarco fluctúa entre las posturas democríteas y la orientación ética de los cirenaicos. De ahí que dos aspectos importantes de su doctrina sean la tendencia al cinismo19 y la propensión a la adiaphoría o indiferencia que también caracteriza a Pirrón. Esta indiferencia, que va a ser utilizada por Pirrón como elemento filosófico, es una de las características esenciales del escepticismo como movimiento. Se sabe que la practica de tal forma que no rehúsa nada, ni de nada se guarda; y de él se cuentan muchas anécdotas ya que si se encontraba con carros, precipicios, perros o cosas semejantes no concedía nada a los sentidos por lo que según cuenta Antígono de Caristo, los amigos que lo acompañaban le salvaban de todo peligro, quedando por todo indiferente. Y esto es lo que estima Anaxarco, pues cuenta Diógenes Laercio que habiendo caído un día en un cenagal, y estando pidiendo auxilio, pasó a su lado Pirrón sin socorrerlo. Ante las protestas de los demás que culparon a Pirrón de su mala conducta, sólo el propio Anaxarco lo elogió diciendo que era un hombre indiferente e imperturbable: "Y cuando una vez Anaxarco cayó en un cenagal, él (Pirrón) pasó de largo sin prestarle ayuda, algunos lo reprendieron por esto, pero el mismo Anaxarco le alababa su indiferencia y su imperturbabilidad (ἀδιάφορον καὶ ἄστοργον)"20.

Esta evaluación de la indiferencia de Pirrón, tiene su paralelo en Anaxarco en la indiferencia que también demuestra, llegado el caso, resistiendo la tortura y al dolor físico, que le inflige Nicocreón. Así, se cuenta que cuando su enemigo, el tirano de Chipre Nicocreón, manda que lo maten machacándolo con mazos de hierro en un mortero dice: "Machaca el cuero que envuelve a Anaxarco, pero a Anaxarco no lo machacas"21.

Posiblemente, como Piantelli comenta, esta actitud de Anaxarco ante la muerte y el dolor físico, tiene como paralelo la adiaphoría de Pirrón, pudiendo ser remitidas ambas actitudes a las influencias de los "gimnosofistas"22. Todos estos testimonios justifican que muchas veces se hable de Anaxarco como un filósofo que intenta relacionar las doctrinas atomistas, por un lado, y el escepticismo de Pirrón, por otro23.

Más allá de estas reflexiones hay un dato que justifica plenamente la atención de que es objeto Anaxarco como precursor del escepticismo y es la influencia que, sin ninguna duda, ejerció sobre Pirrón: según algunos testimonios de Diógenes Laercio y Aristocles, Anaxarco fue maestro de Pirrón. Según Diógenes, Pirrón siguió a Anaxarco en su viaje por Asia en el séquito de Alejandro, y en su compañía conoció a los "gimnosofistas" indios y a los magos; según Aristocles, Anaxarco fue compañero de Pirrón que inició la corriente de los llamados escépticos. Hay, pues una estrecha relación entre maestro y discípulo que lleva no sólo a reconocer la mediación de la filosofía de Anaxarco, sino del pensamiento oriental que tanto influyó en la concepción de la vida práctica, que constituye uno de los elementos fundamentales de la filosofía de ambos, y en lo que se refiere al vano intento de los humanos en la consecución del saber. Con Anaxarco asistimos, lo mismo que con Metrodoro de Quíos, a una tensión entre los principios propios de la teoría de Demócrito y el surgimiento de un escepticismo en las posibilidades del conocimiento: una especie de convencimiento de las dificultades que tiene el hombre de conocer la verdad, tanto en el plano cognoscitivo o teórico como en el moral o práctico.


  1. Diógenes Laercio en IX, 58, un texto que veremos más tarde sitúa la acmé (la madurez) de Anaxarco en la 110ª Olimpíada (340-337 a.C.). Si atendemos a los textos del Propio Diógenes, Anaxarco habría muerto bajo el reinado del sátrapa Nicocreón, y después de la muerte de Alejandro. Según Diodoro, XIX 21 Nicocreon se habría suicidado en el 310,  por lo que es razonable situar su vida entre el 375-322. Ver Román, R., Pirrón de Elis, un pingüino y un rinoceronte en el reino de las maravillas, Córdoba, Universidad de Córdoba, 2011, pp. 23-25 y Pajón Leyra, I., Los supuesto fundamentales del escepticismo griego, Madrid, Escolar y Mayo ed., 2013, pp. 62-68.
  2. D.L., IX, 58: DK 72 A 1; GALENO, H. Phil., 7: DK 72 A 15.
  3. Cfr. D.L., IX, 58: DK 72 A 1. Véase también EUSEBIO, Praep. Evang., XIV, 17, 8: MIGNE, P.G., XXI, 1245 C: DECLEVA CAIZZI, 25 B y CLEMENTE, Strom., I, 64: DK 70 A 1.
  4. EUSEBIO, Praep. Evang., XIV, 17, 10: MIGNE, P.G., XXI, 1245 C. Cfr. para el principio de este pasaje en donde se presenta la filiación de los autores, supra, p. 219, nota 262.
  5. D.L., IX, 61.
  6. D.L., IX, 67.
  7. Cfr. DECLEVA CAIZZI, F. Op. cit., pp. 134-135.
  8. En este detalle estos autores coinciden con Demócrito, el cual, según Diógenes Laercio, también estudió con magos y caldeos que el rey Jerjes dejó como maestros en casa de su padre, en agradecimiento por haberle dado alojamiento, cfr., D.L., IX, 34; en otro pasaje D.L., IX, 35, también se nos dice que Demócrito, en su afán por conocer, estuvo en la India con los "gimnosofistas".
  9. D. L., IX, 61: DK 72 A 2.
  10. PSEUDO-GALENO, H. Phil., 7, p. 604: DK 72 A 15.
  11. Cfr. SEXTO, M., VII, 48
  12. SEXTO, M., VII, 88.
  13. "Das ist offenbar eine recht anschauliche Illustration der Lehre Demokrits von der Subjektivität der sinnlichen Qualitäten", von FRITZ, K., "Pyrrhon", R.E., col. 94.
  14. Dissoi Logoi, DK 90 3, 10. Véase para esta cuestión los capítulos IV La ambigüedad de la palabra y el VI La opción: Al_theia o Apát_, en DETIENNE, M., Les maîtres de vérité dans la Grèce archaïque, Paris, 1967, versión castellana de Juan José Herrera, Los maestros de la verdad en la Grecia arcaica, Madrid, 1981, principalmente pp. 81-85 y 110-113, Cfr. también para el papel que juega la pintura en la sociedad griega como forma de expresión TREU, M., Von Homer zur Lyrik, Munich, 1955, 298 y ss.
  15. Plutarco evidencia la identificación de Anaxarco con las doctrinas de Demócrito. Así, nos cuenta la exposición que Anaxarco hacía a Alejandro sobre la doctrina de la infinitud de los mundos: "Alejandro, oyendo  hablar a Anaxarco sobre la infinidad de mundos, lloraba y preguntándole sus amigos qué le pasaba, él dijo: ¿no es justo llorar, si existiendo infinitos mundos, todavía no hemos llegado a ser Señores de uno solo?". PLUTARCO, de tranqu. an., 4, p. 466: DK 72 A 11. Esta teoría física sobre la infinitud de los mundos coincide con la expresada por Demócrito en sus teorías, ya que si los átomos son infinitos, infinitos serán los mundos creados por ellos.
    En este sentido otro texto más claro de VALERIO MÁXIMO, VIII, 14 extr., 2: DK 72 A 11 dice expresamente que explicaba la teoría de los mundos basándose en la autoridad de Demócrito: "Entonces, era insaciable de gloria el ánimo de Alejandro, el cual a su amigo Anaxarco, que le refería que había innumerables mundos, según la autoridad de su maestro Demócrito, le dijo ¡ay de mí!: desdichado de mí puesto que todavía no soy señor ni siquiera de uno solo". Cfr. también III, extr., 4 : DK 72 A 13, donde dice Valerio que Anaxarco exponía a Alejandro las condiciones de la tierra, los hábitos del mar, el movimiento de los cielos etc.
  16. D.L., IX, 60: DK 72 A 1; Cfr. SEXTO, M., VII, 48, el cual también lo denomina _Αvάξαρχoς _ ε_δαιμovικ_ς; ATENODORO, XII, P. 548: DK 72 A 9; GALENO H., Phil., 4: DK 72 A 14.
  17. Cfr. DAL PRA, M., Op. cit., vol. I, p. 54-55.
  18. Cfr. ROBIN, L., Op. cit., p. 6.
  19. Su tendencia al cinismo está muy bien expresada en este texto de Timón recogido por Plutarco: "De donde, al fluctuar ya entre la confianza ya entre la perseverancia, se muestra el carácter cínico de Anaxarco". PLUTARCO, Mor. (de virtute morali), 446 B: DK 72 A 10; DIELS, Poet., 9 B 58: S.H. 832. La ambigüedad de la figura de Anaxarco que resulta de estos versos, parece provenir de la doble tradición favorable y hostil de Timón, posiblemente coincidiendo con sus principios democríteos o escépticos. Cfr. von FRITZ, K., Pyrrhon, art. cit., p. 91 y BERVE, H., Der Alenxanderreich auf prosographischer Grundlage, München, 1926, II, p. 340 y DECLEVA CAIZZI, F., op. cit., pp. 158. Entre los pasajes que tenemos podríamos elegir como ejemplo de ese cierto cinismo, aquél, recogido también por Plutarco, en el que Anaxarco ironiza  contra la pretensión de Alejandro de creerse un dios, y ante un trueno le pide que ya que es un dios haga sonar otro si puede, PLUTARCO, Alex., 28; DK 72 A 4; cfr. D.L., IX, 60: DK 72 A 1.
  20. D.L., IX, 63: DK 72 A 2.
  21. D.L., IX, 59: DK 72 A 2. Sigue contando Diógenes que para hacerlo callar el sátrapa Nicocreón mandó que le cortasen la lengua, y entonces el mismo Anaxarco se la cortó con los dientes y se la escupió a la cara.
    Independientemente de que estas anécdotas sean verdad totalmente, no dejan duda del coraje y la constancia de Anaxarco y también de su categoría moral.
  22. Cfr. PIANTELLI, M., "Possibili elementi indiani nella formazione del pensiero di Pirrone di Elide", Filosofia, 29, 1978, pp. 135-164, vid., principalmente, p. 137.
  23. Algunos testimonios califican a Anaxarco como un verdadero escéptico. Por ejemplo, el Pseudo-Galeno en su Historia Philosopha, nos habla de algunos escépticos entre los que cita Zenón de Elea, Anaxarco de Abdera y Pirrón. Cfr. supra, pp. 235, nota 295, el mismo Pseudo-Galeno en Hist. Philos., 3, Diels, Doxog., p. 601, favorece la formación de la sucesión eléatas-atomistas, y pirrónicos con lo que podemos entender mejor el texto anterior en el que hace a Zenón escéptico.