Lunes, 20 Junio 2022 12:01

El Laboratorio de Ideas para la Sostenibilidad concluye que "necesitamos una educación adaptada a las necesidades presentes y futuras para avanzar hacia un mundo sostenible"

Escrito por G.C.
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¿Qué puede aportar la educación al desarrollo sostenible? ¿Cuáles son los principales problemas que tiene la educación de cara a contribuir a la Agenda 2030? Una actividad del Aula de Sostenibilidad de la UCO reflexiona sobre los retos de la educación ante los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El Laboratorio de Ideas para la Sostenibilidad (LIS) es una actividad organizada por el Aula de Sostenibilidad de la UCO que pretende crear pequeños foros de debate y reflexión abiertos para repensar la realidad y el futuro que queremos en el marco de un desarrollo sostenible. En otras ediciones se ha hablado del desarrollo de software, del mundo del vino o de patrimonio y cultura. Para esta edición se optó por centrar la reflexión en el ámbito de la educación y su relación con la sostenibilidad. Contamos para esta ocasión con Antonio Navarrete, profesor de la Universidad de Cádiz, Francisco Villamandos, profesor de la UCO y director del Aula de Sostenibilidad, Teresa González-Caballos Luna, Técnica de la Cátedra de Cooperación al Desarrollo de la UCO, Silvia Medina, profesora de la UCO y Alberto Medina, profesor en el IES Ben Gabirol de Málaga y participante del colectivo “Teachers for Future”.

Las principales ideas y reflexiones que surgieron en el coloquio fueron las siguientes:

  • Nuestro sistema educativo está en crisis y necesita de nuevos enfoques, entre los que se pueden destacar: que promueva la resiliencia y la creatividad, que esté adaptado a las necesidades presentes y futuras, que tenga en cuenta a la sociedad, principalmente su entorno cercano, y que sea motive para fomentar la participación y movilización social.
  • Se detectan algunos problemas en la Agenda 2030 en relación con la educación, como el trabajo en compartimentos estancos o que no ha llegado aún a permear en los educadores.
  • La formación inicial de los y las educadoras está siendo fallida debido a que las instituciones de educación superior no están ofreciendo formación útil a los futuros docentes o a que existen un desequilibrio entre la gran importancia que se le da a la pedagogía actualmente en detrimento del conocimiento disciplinar e interdisciplinar. Está pendiente una reforma que aporte una transversalización real de las problemáticas recogidas en la Agenda 2030 en todos los títulos de todos los niveles, una sostenibilización curricular y la formación del profesorado en estos términos.
  • Lamentablemente, ahora mismo el sistema educativo innova a través del rol de héroe/heroína, un profesional que trabaja contra corriente y está motivado a pesar del sistema. Se necesita, sin embargo, un sistema que preste atención a metodologías participativas para la aproximación al conocimiento, que promueva una educación para la transformación social que no pierda de vista “para qué” se educa, que persiga despertar la responsabilidad social individual y colectiva para mejorar el mundo y que preste atención a la complejidad de nuestro mundo y a las necesidades del alumnado.
  • Debemos ser conscientes de que tanto el sistema educativo como el mercado laboral están insertos en la misma sociedad que pretendemos transformar hacia la sostenibilidad. Pero, igualmente, si queremos un sistema educativo que integre las necesidades del alumnado, no podemos obviar que su empleabilidad forma parte de la realidad.
  • Poniendo el énfasis en una sociedad educadora, más allá del sistema educativo, debemos prestar atención a los sectores sociales más desfavorecidos, contar con la participación de entidades y colectivos, incentivar la movilización y participación ciudadana en red, transmitir valores a través de campañas de sensibilización, fomentar los programas de educación no formal, motivar para la acción y la búsqueda de soluciones y encontrar fórmulas entretenidas, atractivas, útiles e interesantes.
  • La transformación educativa que promueve la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible es un proceso lento pero que necesita acelerarse. Para ello podemos trabajar en grupos o redes, marcar el camino desde las universidades, formar al profesorado, incidir en los espacios de toma de decisión o apuntar hacia el cambio en la percepción de la norma que ayude a generar un sentido común ligado a la sostenibilidad.

El vídeo completo de la actividad se puede ver en este enlace: https://youtu.be/vzTCejb8h20 

Usando una metodología flexible y participativa, los LIS se marcan el objetivo de aportar ideas o soluciones que nos acerquen a sociedades más sostenibles, dejándolas reflejadas finalmente en un documento de conclusiones. Se centran en distintos ámbitos concretos para cada sesión, buscando aliados y participantes relevantes en la materia que enriquezcan el proceso. Son actividades, además, que promueven la contribución a la Agenda 2030 y buscan ser un punto de encuentro entre el conocimiento generado en la universidad y el procedente del resto de la sociedad.

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